El Tesoro afronta en julio su mayor necesidad de fondos

España afrontará en julio un examen decisivo sobre su credibilidad en los mercados. Ese mes vencen letras, bonos y otros productos de deuda por valor de 24.663 millones de euros, la mayor concentración en lo que queda de año. El Estado tendrá entonces que refinanciar las cantidades que en su momento le prestaron los inversores. El Gobierno está convencido de poder cumplir ese trámite sin problemas, al igual que ocurrió en enero, cuando el vencimiento de la deuda era aún mayor. Pero entonces los mercados no azotaban con tanta fuerza.

El Estado sigue necesitando mucho dinero para hacer frente a sus compromisos. Los vencimientos, por tanto, coincidirán más o menos en el tiempo con nuevas emisiones de deuda por cuantías similares. Así ha ocurrido en los cuatro primeros meses del año, con amortizaciones de deuda por valor de 61.177 millones de euros y emisiones de 73.101.

Los nuevos títulos se están colocando aún a intereses muy bajos

El Ministerio de Economía desarrollará las nuevas subastas según el calendario previsto. El secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, rechazaba recientemente con un rotundo "en absoluto" la posibilidad de que España tenga problemas para hacer frente a esos vencimientos, en declaraciones a la agencia Bloomberg. Todos los meses habrá subastas de bonos y obligaciones (en el caso de julio, en la primera quincena).

El producto donde se con-centran los mayores vencimientos ese mes es el bono (a tres y cinco años), con un importe de 16.164 millones de euros. Le siguen las letras, un producto que se coloca a 3, 6, 12 y 18 meses y cuyo importe de vencimiento en julio son 7.643 millones.

Más allá de la seguridad de encontrar inversores para colocar la deuda -buena parte de ellos serán los titulares de productos que vencen, que previsiblemente adquirirán otros nuevos-, la duda reside en cuánto tendrá que pagar el Estado en intereses. Hasta ahora, las subastas han transcurrido con mayor demanda que oferta y a intereses históricamente bajos, aunque la desconfianza de los mercados ya ha empezado a pasar factura. A finales de abril se subastaron letras a tres y seis meses con intereses del 0,55% y del 0,76% respectivamente, superiores a los de marzo pero muy inferiores a los de principios de 2009, que rebasaban el 1%.