"No hay comparación posible entre España y Grecia"
El terremoto desatado esta semana por la agencia Standard & Poor's (S&P) no ha logrado endurecer el discurso de José Manuel Campa, más dado al temple del profesor que fue que al ardor político. La entrevista sortea con excesiva cautela el ataque a una entidad que ha puesto patas arriba los mercados tras degradar la deuda griega al nivel del bono basura y, de paso, rebajar la portuguesa y la española, que pese a todo conserva un notable. En una sala palaciega del Ministerio de Economía donde los frescos, los cuadros y las puertas enmascaradas distraen fácilmente la atención, el secretario de Estado de Economía desarma asépticamente los argumentos de S&P, cuyo impacto en los mercados soliviantó al portavoz económico de la Comisión Europea, Amadeu Altafaj, que se preguntó sarcásticamente: "¿Quién es Standard & Poor's?
"La opinión de S&P no coincide con el consenso de los analistas"
"Es muy difícil predecir si el paro ha tocado techo con el 20,05%"
Pregunta. ¿Usted también se pregunta quién es S&P para determinar así el futuro de España y de Europa?
Respuesta. No creo que esté determinando el futuro de España ni de Europa. Es una empresa que evalúa la calidad de la deuda de empresas y gobiernos. Y según la valoración que hacen los distintos inversores de la opinión que ellos emiten tiene más o menos impacto en los mercados.
P. ¿Ese impacto será grande?
R. Sí y no. Justo al anunciarse su decisión se vio cómo la Bolsa cayó casi un 2%. Pero al día siguiente recuperó algo más. La opinión de S&P está basada en expectativas que no coinciden con el consenso de los analistas, en particular las perspectivas de crecimiento de la economía española hasta 2015, claramente inferiores a las del resto. Además, su percepción desde febrero, cuando emitieron su última opinión, ha empeorado, mientras que para la mayoría de analistas ha ido mejorando. Lo que tienen que hacer los inversores es valorarlo. No compartimos la opinión de S&P.
P. ¿Puede ocurrir en España algo similiar a lo que está pasando en Grecia?
R. Las diferencias con Grecia son muchas: tanto en términos de tamaño como de dinamismo empresarial, de la calidad y la estabilidad del sistema institucional, de la competitividad de la economía, de niveles de deuda pública, de ahorro, de inversión... Hay que recordar, además, el largo historial de credibilidad de las cuentas públicas españolas. En suma, no hay comparación posible.
P. ¿Cree entonces que son completamente infundados los temores de esta agencia?
R. No digo que sean totalmente infundados. Lo que sí es poco razonable es la estimación de crecimiento. Y no lo creo yo solo.
P. ¿Tiene previsto hacer otra gira internacional para reunirse con inversores y convencerlos de la solvencia de España?
R. Esas giras se hacen regularmente para informar a inversores sobre la evolución de la economía. Es importante mantenerlos informados. La economía española vive una transformación desde un boom en el que gran parte del PIB dependía de la construcción residencial hacia actividades que se deben potenciar en otros sectores. Eso requiere explicación, más aun en épocas de cambio, y sin lugar a dudas, ahora que la sensibilidad de los mercados es más alta.
P. ¿Intentará reunirse con Standard & Poor's?
R. Lo hacemos habitualmente con ellos y con muchos otros analistas e inversores.
P. Una de las objeciones que plantean los analistas de esa agencia es la falta de concreción del ajuste fiscal. ¿Les falta trasladar la austeridad a hechos concretos?
R. S&P confirma nuestro objetivo de déficit de 2010 y prevé mayores déficits que nosotros para los próximos años, no porque no se apliquen los ajustes, sino porque al prever mucho menos crecimiento de la economía, la recaudación de impuestos resulta inferior y gastos como el de las prestaciones por desempleo, mayores.
P. La agencia se inquieta por la partida de personal, que avanza más de lo que sería lógico en recesión. ¿No cree que ha llegado la hora de mandar un mensaje con el sueldo de los funcionarios?
R. El plan de austeridad indica que esa partida tendrá que caer un 4% en cuatro años. El mensaje ya está mandado. Éste es el compromiso que hay que cumplir.
P. Sí, pero el compromiso convive con un pacto de mejora salarial según la inflación hasta 2012.
R. Lo fundamental es cumplir esa reducción del 4%. Existe un compromiso adicional, una tasa de reemplazo del 10% de las vacantes públicas. Si somos capaces de proveer los mismos servicios con menos personas, eso son ganancias de productividad que se pueden reflejar en mejoras salariales nominales, pero con caídas del coste total de la partida de sueldos y salarios.
P. ¿Pero están decididos a cumplir el acuerdo de alza salarial?
R. Estamos decididos a cumplir el Programa de Estabilidad.
P. S&P habla de rigideces en el mercado laboral. ¿No cree que el ritmo al que camina la negociación entre el Gobierno y los agentes sociales es contrario a la urgencia económica?
R. Podemos discutir si es suficientemente rápido. El Gobierno ha hecho una apuesta: conseguir una reforma con amplio consenso social. Eso requiere unos tiempos. Las reformas con consenso resultan más efectivas. Pero la necesidad de hacerlo también es importante. Y cuanto antes, mejor.
P. Dentro de esa reforma se propone adaptar el modelo austriaco de financiación del despido a través de un fondo con aportaciones de las empresas. Parece que Economía no lo comparte.
R. Economía no está en absoluto en desacuerdo. Una parte esencial de la reforma laboral es atacar la dualidad. Tenemos un mercado en el que el 35% de la población activa oscila entre contratos temporales y paro, y el resto tiene contratos fijos. Esa dualidad no es buena. No fomenta la movilidad, la estabilidad para desarrollar proyectos personales, la formación... Hay aspectos del modelo austriaco que lo fomentan y esto nos gusta. Lo que no tiene sentido es una copia literal de ese modelo. En Austria el desembolso de la empresa al despedir es cero. Eso no se va a aplicar en España.
P. ¿Qué aspectos serían trasladables?
R. La esencia del modelo: un fondo que el trabajador vaya acumulando a lo largo de su relación laboral y que se lleve si cambia de trabajo, que promueva la movilidad a la vez que incentive la fidelización y la formación... Pero sobre todo que fomente la eliminación de la dualidad.
P. ¿Lo pagarían las empresas?
R. No tiene por qué. Podrían pagarlo las empresas, los trabajadores o el Estado.
P. ¿Van a extender el contrato indefinido más barato [33 días por año trabajado] a los nuevos trabajadores?
R. Se trata de generalizarlo para nuevos trabajadores, pero se puede hacer de varias maneras. Una posibilidad es permitirlo para las conversiones de temporales a fijos. Otras, ampliarlo por edad, por formación...
P. ¿La reforma laboral es la más urgente de la economía?
R. Es una de las fundamentales.
P. ¿Se siente cómodo dentro de esta indefinición de propuestas en el ámbito económico: de anuncios, de rectificaciones...?
R. No estoy seguro de compartir esa afirmación. En el diálogo social, el Gobierno ha ido poniendo documentos encima de la mesa porque en una discusión tripartita no tiene sentido llegar con propuestas cerradas.
P. ¿Ha tocado techo el paro?
R. Es muy difícil predecir, pero el 20,05% será una de las cifras más altas que veamos. De hecho, seguimos manteniendo nuestra predicción de la tasa media de paro para 2010 [19%].
P. Tiene que bajar mucho para que esa media se cumpla.
R. Bueno, tiene que bajar. Tendrá que haber un trimestre del 18% y dos del 19%, por ejemplo.
P. No sé si la situación permite prever un escenario de ese tipo.
R. Una vez superada la etapa de descensos en el PIB, ahora vendrán crecimientos suaves intertrimestrales. Habrá industrias que creen empleo y otras que destruyan. En la reasignación, la tasa media anual será el 19%, que tampoco es particularmente buena.
P. ¿De verdad fue un error la aparición de los datos del paro en la web del INE días antes de su publicación oficial?
R. Por supuesto que fue un error y ya se está trabajando para que no vuelva a ocurrir. Me gustaría dejarlo muy claro porque he escuchado algún comentario sobre una posible intencionalidad de la filtración para evitar que el Gobierno manipulara el dato. El INE tiene una bien merecida reputación a nivel internacional. En el contexto actual de los mercados, lanzar esas insidias me parece gravísimo. Quien piense lo contrario debería presentar pruebas.
P. S&P también se preocupa por la banca. Como ocurre con el mercado laboral, tampoco este sector se restructura con rapidez.
R. El fondo de ayuda bancaria tiene 10 meses de vida y hay más de 20 cajas -de 47- en restructuración. Actividad hay; otra cosa es que el proceso vaya a ritmos que tienen que ver más con la dinámica de cada empresa.
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