En superlativo. Así celebró anoche Shanghai la inauguración de la primera Exposición Universal celebrada en un país en vías de desarrollo. No podía ser de otra manera. China volvió a echar mano de la artillería pesada en la segunda ocasión en la que acoge al mundo.
Asiduo de nuestros escenarios en la última década, el músico neoyorquino que dio halo poético al rock urbano aterrizó en Palma de Mallorca con sobrepeso de equipaje. Secamente asequible, firmó libros en la inauguración de Romanticism, exposición fotográfica que podrá verse en el Museo Es Baluard hasta el 30 de mayo.
Tiene gracia que un grupo que surgió, literalmente, de las ganas de "hacer algo mejor que la basura que sale en MTV", acabe siendo retransmitido en streaming por dicha cadena en 170 países y 600 millones de hogares.
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