Atenas pide a la UE que defienda el euro "cueste lo que cueste"
Grecia tomó ayer Washington y la reunión de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI). En la comparecencia ante la prensa más multitudinaria de la cumbre, el ministro de Finanzas griego, Yorgos Papaconstantinu, aseguró que las ayudas de la Unión Europea y el FMI "llegarán a tiempo". Y el tiempo apremia: sólo en mayo, los vencimientos de la deuda helena ascienden a 8.500 millones de euros, y los tipos de interés se han disparado y están ya entre el 8% y el 10%, lo que supone un coste enorme para sus maltrechas finanzas públicas.
Esos datos los conocen bien los mercados, que llevan meses apostando a que Grecia puede suspender el pago de su deuda, o al menos anunciar una reestructuración (que supondría dejar de pagar una parte o aplazar el pago), y que dan una credibilidad cercana a cero a las promesas de ajuste griegas. También lo conocen los socios europeos de Atenas, que reclaman que Grecia se ajuste aún más el cinturón para dar el visto bueno al mecanismo de socorro.
"Perderán la camisa"
La cuerda se tensa por ambos lados, el de los mercados y el de sus socios: ante ese panorama, Papaconstantinu hizo un llamamiento a la UE para defender el euro "cueste lo que cueste". Explicó que una posible reestructuración de la deuda "no está sobre la mesa". Y amenazó a los inversores que están ganando dinero con la tragedia fiscal griega: "Todo lo que puedo decir es que esa gente va a perder hasta la camisa".
El Gobierno socialista griego activó el botón de ayuda el pasado viernes, después de que una nueva revisión de su déficit público (que cerró 2009 cerca del 14%) provocara un incendio en los mercados de bonos. Y tanto el FMI como algunos países del euro aseguraron que han acelerado las negociaciones para que el paquete de socorro, que asciende a unos 45.000 millones este año, llegue cuanto antes.
Grecia no contaba con que ayer Alemania y Francia complicaran el acuerdo. "A primeros de mayo contaremos con un plan de rescate para los próximos tres años, con estrictas condiciones financieras y de consolidación fiscal que resolverán las incertidumbres actuales", dijo Papaconstantinu. Ante la insistencia de quienes comparan Grecia con Corea del Sur, Argentina o Letonia (que han atravesado serias crisis fiscales en los últimos 15 años), el ministro declaró que cada país "tiene sus propias características", aunque calificó la crisis griega de "tormenta". Los mercados determinarán esta semana hasta donde llegan los daños del temporal.
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