Una nueva nube de ceniza mantiene la incertidumbre
La erupción del volcán islandés Eyjafjalla pareció disminuir ayer, pero la amenaza de una nueva nube de ceniza mantuvo la incertidumbre sobre los cielos europeos. El volcán produjo más lava y la columna de cenizas, que alcanzó 11 kilómetros en los primeros días de la erupción, se redujo hasta tres. "Cuanto más baja sea la columna, mejor para Europa", dijo Gudrun Nina Peterson, de la Oficina Meteorológica islandesa. Peterson reconoció, sin embargo, que aún hay fuertes vientos soplando hacia el sureste. Según la Organización Mundial de Meteorología, las lluvias y los vientos de dirección Norte previstos en Islandia a partir del jueves ayudarán a disipar la nube.
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