Precauciones legales para evitar problemas
En España, el caso de la estadounidense Janice Langbehn y su compañera Lisa Pond también habría podido ocurrir. Si ambas no se hubieran inscrito en el registro de parejas de hecho o se hubieran casado, sus derechos, aunque hubieran convivido o incluso tuviesen hijos en común, habrían sido los de unas amigas que viven juntas. "Lo mismo habría ocurrido con una pareja heterosexual", aclara la jurista Consuelo Abril.
Pero en España existen las figuras legales del matrimonio y de pareja de hecho. Tanto para las hetero como para las homosexuales. Ambas otorgan derechos de protección a los dos miembros de la unión. "La única diferencia es económica. En el matrimonio todas las ganancias de ambos miembros pasan a un régimen de bienes gananciales y en una pareja de hecho ambos miembros conservan su independencia económica", explica Abril.
Pero las parejas que no se deciden a inscribirse o casarse, en caso de fallecimiento de uno de los miembros, por ejemplo, pueden tener problemas. "Ha habido casos de personas que han tenido que reclamar en los tribunales durante años pensiones de viudedad a pesar de haber convivido años con su pareja", dice Abril.
La situación de EE UU se parece más a la que se vivía en décadas pasadas en España, cuando no existían ni las uniones de hecho ni la posibilidad de casarse entre homosexuales, explica Toni Poveda, presidente de la Federación Estatal de Gays, Lesbianas y Transexuales. "Una época en la que si tu pareja estaba enferma, en el hospital dependías de la buena voluntad del médico o de la relación con la familia del paciente para tener algún tipo de derecho. Desde las visitas hasta las decisiones sanitarias", comenta Mili Hernández, activista por los derechos homosexuales. "La ley de matrimonios homosexuales nos salvó. Nos dio todo lo que se le concede a una persona heterosexual sin tener que cuestionar nada", dice Hernández.
El caso de Lisa y Janice ocurría con cierta frecuencia en España. "Se vivían situaciones en la que uno de los dos miembros de la pareja estaba tan enfermo que no podía tomar sus propias decisiones y su familia apartaba al otro. Le hacía desaparecer de su vida", añade esta activista.
Un tiempo en el que, para solventar estas carencias legales, funcionaban los documentos privados. "Registros de últimas voluntades o documentos ante notario para estar cubiertos", cuenta Hernández. Ella y su pareja, Mar, lo hicieron antes de casarse para cubrirse mejor las espaldas.
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