Pactos insuficientes
El decreto anticrisis es correcto; pero queda corto porque PSOE y PP siguen lejanos en lo esencial
La ausencia de entendimiento entre el Gobierno y el principal partido de la oposición en aspectos esenciales para sentar las bases de la recuperación económica es una mala noticia. Aunque a última hora el PP haya comprometido su apoyo al decreto ley que acaba de aprobar el Ejecutivo, su contenido no es de ninguna manera expresivo de las prioridades que reclama la grave situación de la economía española. De poco vale que el Gobierno se empeñe en escenificar algún acuerdo con otros partidos sobre temas poco urgentes si los agentes económicos perciben que sobre lo esencial los grandes partidos se mantienen manifiestamente distanciados.
Y lo esencial en los momentos actuales es un plan de saneamiento de las finanzas públicas a medio plazo que cabalgue entre varias legislaturas, en el que los dos partidos con posibilidades de gobernar estén de acuerdo. Igualmente prioritario es un pacto entre ambos para reestructurar de forma racional el sector de las cajas de ahorros y evitar esta exhibición de localismos estrechos de algunas comunidades autónomas, que están poniendo en peligro la estabilidad y el saneamiento de las entidades. Ambos puntos son más urgentes que todo lo que ha salido de las devaluadas reuniones en el Palacio de Zurbano.
Las medidas acordadas son todas convenientes y algunas de ellas, como las asociadas a la financiación del Instituto de Crédito Oficial o los incentivos fiscales a la rehabilitación de viviendas, pueden actuar como paliativos de la crisis en las pequeñas empresas. Bienvenidas sean si reducen la elevada tasa de mortalidad empresarial. Pero no conviene levantar falsas expectativas ni quedarse en la escenificación del anuncio. Las tensiones financieras internacionales y el enquistamiento del paro en niveles históricamente elevados van a seguir pasando una factura muy elevada al crecimiento potencial de la economía española.
Si ambos partidos transmitieran la poderosa señal de un acuerdo en materia crediticia y de financiación autonómica, España fortalecería un valiosísimo activo, la confianza, necesario para que los agentes económicos de dentro y fuera vuelvan a considerar esta economía solvente y generadora de crecimiento y empleo a largo plazo. De no ser así, la contaminación griega, cada día más preocupante, seguirá siendo una amenaza.
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