_
_
_
_
Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Emociones en el filo

Javier Ocaña

Después de una década en su Australia natal, Scott Hicks traspasó fronteras con Shine (1996), aquella impetuosa película sobre un pianista demente que llevó hasta el Oscar al actor Geo-ffrey Rush, y que en esa ceremonia aspiró a nada menos que seis galardones más. Después de aquel éxito (hoy olvidado), el cine enfático, aparatosamente sentimental de Hicks, ideal para el público que quiere las palomitas en una mano y los kleenex en la otra, ha deambulado entre el exceso de retórica (Mientras nieva sobre los cedros), la fábula juvenil (Corazones en Atlántida, su mejor película) y la fotocopia convencional (Sin reservas, remake de Deliciosa Martha). En Sólo ellos, Hicks recupera ese gusto por la temática de altura (la enfermedad terminal, la viudedad del hombre con hijos pequeños y profesión que le obliga a viajes continuos, la dicotomía trabajo-familia, la recuperación de la autoestima, las visiones de la educación...), siguiendo las pautas formales que le hacen enganchar con su audiencia.

SÓLO ELLOS

Dirección: Scott Hicks.

Intérpretes: Clive Owen,

Nicholas McAnulty, George

MacKay, Julia Blake.

Género: drama. Australia, 2009.

Duración: 104 minutos.

En determinados pasajes, su nuevo trabajo reclama silencio (o ruido, siempre importante en una historia con críos de por medio), respiraciones y viento fresco, en lugar del típico recurso a la cancioncilla lánguida que subraya el estado emocional. Sin embargo, Hicks controla mejor que en otras ocasiones el derrumbamiento sentimentaloide, y su película, a pesar de ciertas caídas de tono, acaba siendo más áspera que condescendiente. Eso sí, por enésima vez en los últimos años, un relato se alimenta de las conversaciones entre su protagonista y el fantasma de alguien muerto que ejerce de guía moral; un recurso que cada vez tiene más pinta de truco narrativo para evitar la utilización del monólogo interior, complicadísimo de resolver en cine.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_