El mercado de bonos de carbono
En el Protocolo de Kioto de 1997 se determinó que había emisiones de GEI (gases de efecto invernadero) en el planeta Tierra que eran provocadas por la industria de cada país, las cuales serían reguladas por el mismo Protocolo.
Con el motivo de gestionar a los países con posibilidades de emitir GEI por ser menos desarrollados y a los que firmaron compromiso de reducir sus emisiones, el Banco Mundial creó un fondo de bonos carbono, los cuales fueron distribuidos entre los países de acuerdo a sus emisiones del año 1990 como año base y a su vez el potencial que tenían de desarrollarse hacia el año 2012 con las emisiones futuras implícitas y de acuerdo a eso se distribuyeron los bonos.
Pero habiendo países en vías de desarrollo, países empobrecidos y países desarrollados, interesados en cambiar el modelo industrial que llevó a la crisis climática en la que nos encontramos, que era la finalidad inicial, no es ilógico que el modelo de gestión como el mercado de carbono sea tomado exactamente del mismo modelo que generó el problema y que lo seguirá ocasionando. Si el mercado de carbono fue repartido entre países en vías de desarrollo y países pobres en su mayoría, es lógico que por esta parte genera descapitalización de carbono para los países que requerirán desarrollo y capitalización de carbono de sobra en los países desarrollados que ya contaban con gran parte de la tecnología y que son los que han ayudado en proyectos de fomento al desarrollo, con los que los países no desarrollados no sólo habrán tenido que dar bonos de carbono, sino además tendrán que pagar capital. Se vuelven así a generar los mismos problemas de desigualdad, exclusión, empobrecimiento, hambruna de los países a los que se les ayudará después de la cumbre de Copenhague 2010.
Si para cuando se alcance la equidad de desarrollo en el mundo, en el hemisferio sur no quedará nadie que goce de ese desarrollo -¿dónde queda el plan de un desarrollo sostenible a nivel global.
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