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Análisis:EL ACENTO
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Los misterios de Tutankamón

Cuando en 1922 el egiptólogo británico Howard Carter descubrió la tumba casi intacta del faraón Tutankamón quizá no fuera consciente de que al tiempo que arrancaba a la momia su máscara de oro destapaba también el mayor cúmulo de interrogantes sobre su corto pero enigmático y turbulento reinado en el imperio de la época, hace 3.000 años.

A la figura de Tutankamón le ha rodeado siempre un halo de misterio. Se suponía que era afeminado, que quizá lo mataron a la tierna edad de 19 años, que puso fin al monoteísmo impuesto por su predecesor y que no tuvo descendencia.

Dos años de intensas investigaciones con las técnicas más actuales de rayos y pruebas genéticas han dado ahora resultados que despejan varias incógnitas. El director del estudio, el egiptólogo Zahi Hawass, los dio ayer a conocer. Tutankamón era hijo de Akenatón, confirmación inquietante habida cuenta de que el jovencísimo faraón tiró por la borda la obra revolucionaria de su progenitor.

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Amenofis III era su abuelo y la reina Tiye, su abuela. No era afeminado. Le mostraban así los retratos respondiendo al gusto artístico de la época y su pene tuvo "un desarrollo normal". Los 130 bastones hallados en su túmulo no eran meros adornos. Tutankamón cojeaba debido a un problema óseo y de riego sanguíneo que, además de producirle dolorosas malformaciones, debilitaba sus huesos. Probablemente, no hubo asesinato ni conspiración ni trágica caída de un carro sino una leve caída y fue la malaria, unida a sus múltiples dolencias, lo que terminó con él.

Hasta aquí las evidencias científicas. Los misterios son aún numerosos. La momia KV35YL no pertenece a Nefertiti, que no pudo ser, dice Hawass, la madre de Tutankamón. Entonces, ¿dónde descansa la bella reina? ¿Y quién fue la madre de Tutankamón? ¿Fue fruto de una unión incestuosa? ¿Son hijos suyos los dos fetos hallados en su tumba? Los egiptólogos del mundo entero tienen aún mucha materia sobre la que indagar; siempre y cuando el teatral Hawass, que ayer cojeaba ante la prensa imitando al joven faraón, no descubra todos los secretos en seis meses. La cita ya está hecha.

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