El homicida 'antiabortista' de EE UU no se arrepiente
El asesino del doctor abortista George Tiller, que murió el pasado mes de mayo de un tiro en la cabeza en la iglesia a la que solía acudir en Wichita (Kansas) fue declarado ayer culpable de homicidio premeditado en primer grado. El jurado tardó poco más de media hora en alcanzar ese veredicto, después de que Scott Roeder, de 51 años, admitiera ser el autor del asesinato y dijera que "si alguien no detenía al doctor, iba a seguir haciendo lo que había hecho durante 36 años: matar niños".
Roeder se había declarado inocente en un principio, pero en su testimonio ante el jurado admitió que había asesinado a Tiller porque efectuaba abortos a mujeres en avanzado estado de gestación (dentro de los límites de las leyes de Kansas) y, con apariencia serena y voz monótona, dijo no sentir arrepentimiento ni remordimientos por ello.
Tiller sufrió numerosos ataques a lo largo de su vida: ya le habían disparado en 1993 y había sufrido un atentado con bomba en su clínica en 1986. Se le llevó a juicio por supuesta violación de las leyes estatales del aborto y fue absuelto.
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