Protesta histórica contra el recorte del gallego
Decenas de miles de personas se manifiestan en Santiago - Los sindicatos cifran el seguimiento de la huelga en el 90% y Educación lo rebaja a menos de la mitad
Había muchos estudiantes. Eran los más ruidosos, pero también abundaban profesores, sindicalistas, políticos, intelectuales, artistas o trabajadores que se escaparon de sus puestos para protestar por la política lingüística de la Xunta. Llenaron ayer la Praza do Obradoiro -donde caben unas 25.000 personas- y muchos quedaron fuera marchando por las calles del casco viejo de Santiago. La Policía Local de la ciudad cifra en 30.000 personas las asistentes a la manifestación contra las bases del decreto del gallego que reducirá las horas de este idioma en la enseñanza. Los convocantes elevan la cifra a 50.000. Los datos son difíciles de concretar porque, durante toda la mañana, no dejaron de llegar manifestantes desde la Alameda, el punto de partida, incluso cuando ya había concluido la protesta y muchas personas regresaban a los autobuses para volver a los diferentes puntos de Galicia.
Tampoco hay coincidencia sobre el porcentaje de profesores que secundó la huelga que había convocada ayer en la enseñanza pública por las mismas razones. La Consellería de Educación asegura que no llegó la mitad de los docentes, mientras que las entidades sindicales convocantes elevan la cantidad a casi el 90% de los profesores y alumnos.Educación argumenta que "las clases transcurrieron como en un día normal" porque "la mayoría de los profesores entendieron la falta de argumentos de los convocantes", mientras los sindicatos valoran que la jornada de paro fue un "éxito que dejó las aulas de toda Galicia vacías".
Fuera de ellas, la manifestación estuvo nutrida por numerosos políticos. Acudieron los dos principales líderes de la oposición, el socialista Manuel Vázquez y el nacionalista Guillerme Vázquez, y destacados miembros del anterior Gobierno bipartito de la Xunta como el ex vicepresidente Anxo Quintana y la ex conselleira de Educación Laura Sánchez Piñón, autora del decreto que pretende derogar la Xunta. Pero los nacionalistas tomaron el protagonismo de la marcha. Desde los sindicatos, la CIG y STEG, que anduvieron siempre al frente, hasta los políticos: el líder del BNG fue el único que se colocó en la cabecera de la marcha. Tanto los sindicatos UGT y CC OO como el PSdeG se quedaron en una posición más retrasada y no habían llegado a la Praza do Obradoiro cuando la protesta estaba concluyendo.
La marcha transcurrió sin apenas incidentes. El PP difundió una foto de unos manifestantes quemando una bandera española y otros vertieron pintura roja en escaparates comerciales. Pero, en general, el ambiente fue festivo, con chascarrillos sobre la propuesta de trilingüismo de la Xunta. Se oyó cantar A Rianxeira en inglés: "The virgin of Guadalupe, when goes down the river..." y había decenas de carteles con lemas parecidos a este: We love very moito o galego. Los gritos más coreados, sin embargo, fueron otros: "Nas aulas de Galiza queremos galego"; "pola nosa lingua ni un paso atrás"; "aquí está, aquí se ve a mocidade galega en pé"; "este decreto, ímolo parar".
Desde el escenario montado en la plaza, los convocatnes pidieron que Educación destine a Haití el dinero que les descuenten a los profesores por la huelga de ayer. Además, docentes, estudiantes y padres leyeron razones por las que se oponen al decreto de la Xunta: "Porque no garantiza que los jóvenes terminen sus estudios dominando el idioma propio"; "porque es una propuesta a espaldas de la realidad, sin consenso y presentada con nocturnidad"; "porque creará enfrentamientos entre los centros y traslada un problema a los profesores y a los padres". En una de estas alegaciones alguien gritó otra consigna: "Esta norma, nunca máis". Y toda la plaza coreó el grito.
En ese mismo escenario, Fran Rei, presidente de la plataforma Queremos Galego, convocante de la protesta, pidió al Gobierno que se "vaya a casa" si no sabe "escuchar ni hablar". Carlos Callón, de la Mesa pola Normalización Lingüística, se preguntó: "¿En qué lugar del mundo se aprueba una norma en contra de todo el mundo?". El portavoz del sindicato mayoritario en la enseñanza pública gallega (CIG), Anxo Louzao consideró un "hito" el apoyo de la ciudadanía a la movilización, que demuestra la "repulsa a unas bases que pretenden es erradicar el gallego en la enseñanza". El objetivo para los convocantes no es el cambio de las bases que presentó la Xunta, sino su retirada y replanteamiento "sin un paso atrás sobre lo ya conseguido". De no ser así, piden a los profesores que enseñaban en gallego que lo sigan haciendo en el futuro.
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