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Columna
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El trabajo os hará libres

Pocas veces ha quedado tan clara la influencia del contexto a la hora de valorar el sentido de una frase. En una situación amable, "el trabajo os hará libres" podría interpretarse, por ejemplo, como un elogio de la autonomía personal que promociona el desarrollo de una profesión. Como letrero de entrada al campo de concentración de Auschwitz, su sentido no puede ser más cínico, más terrible, más asqueroso. Robado y recuperado, el letrero de marras ha sido noticia estos días. Supongo que algún millonario habría pagado por el caprichito. La verdad es que podía haber quedado precioso en su saloncito de tropecientos metros cuadrados...

En los Evangelios se lee: "la verdad os hará libres". Y luego ha habido quien ha formulado variantes de todo tipo y pelaje: "la razón os hará libres", "la cultura os hará libres", "el consumo os hará libres", incluso -según he leído por ahí- "el fútbol os hará libres". Ninguno ha tenido tanto éxito como "el trabajo os hará libres". Y me he puesto a imaginar qué pensarán de esa frase los más de cuatro millones de parados que hay en este momento en España.

A menudo se oye la expresión "esclavo del trabajo"; nunca, sin embargo, "libre en el paro". La razón es evidente. El que está en situación de desempleo puede tener reconocidas todas sus libertades formales, los derechos y las libertades civiles y políticas que le asegura la legislación. Pero la valía y la utilidad de esa libertad será muy limitada si no alcanza a tener sus bienes primarios cubiertos, si no puede pagar el alquiler o la hipoteca, si no puede alimentar a su familia, si vive en permanente situación de incertidumbre y no puede apenas llegar a mitad de mes. El trabajo (remunerado), más allá de una posible y deseable autorrealización personal, significa dinero; dinero que amplía la posibilidades de llevar a cabo el propio proyecto de una vida digna y valiosa. Entonces, ¿habría que reformular diciendo "el dinero os hará libres"? Ay, sabemos que tampoco es tan sencillo. Depende de lo que entendamos por ser libre, depende de lo que haya que hacer para conseguir ese dinero y depende de lo que hagamos con él.

Este periódico calificó el pasado día al "parado" como "personaje del año 2009". Considerando que en un sólo año su número ha aumentado en más de un millón y medio de personas, que roza ya el 18% y que al parecer va a seguir creciendo, me parece más que justo. Sobre todo teniendo en cuenta que el periodismo puede aportar algo más que los necesarios análisis socioeconómicos que expliquen el origen y la evolución del desastre. Puede también, como lo hace a veces, poner rostro, voz y nombre a varias de estas personas, dejarles espacio para que cuenten su historia, hacerles entrar en nuestras vidas, no dejarles completamente solas en su desamparo. Nos haga más libres o no, el redondo 2010 vendrá cargando en sus espaldas sacos de ilusión. Que así sea, Urte berri on!

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