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Entrevista:LUIS TEIJEIRO | Pescador de río

"Ya no hay ni invierno ni verano y la pesca se resiente"

Las riberas del río Miño son casi el hábitat natural de Luis Teijeiro, Canedo, un jubilado que desde los 12 años hasta los 78 que tiene ahora, no ha parado de sacarle truchas a las aguas de este y otros ríos gallegos. Él es uno de los 90.000 gallegos que tienen licencia de pesca fluvial, pero cuando le preguntan si obtiene las mismas capturas que hace años, su respuesta es tan lacónica como elocuente: "¡Qué va!".

Canedo tiene clara la causa de esta merma: "La contaminación", especialmente el purín, y la ausencia de regularidad en las lluvias. "Esto está muy cambiado; ahora no hay invierno ni hay verano y la pesca se resiente".

Desconoce si los motivos pueden estar en el cambio climático, pero sí se apunta a la teoría de que "algo pasa". "En enero tuvimos temperaturas de más de 20 grados y luego, en julio, hacía un tiempo casi de invierno y la trucha quiere agua cuando tiene que llover y sol y cuando es verano, porque necesita moverse en aguas cristalinas y limpias".

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Los testigos del cambio

Muy lejos quedan los tiempos en los que se utilizaban artes que ahora conllevarían penas de cárcel y con los que llenaban "cestos" de truchas. Ahora, con límites de capturas y más medidas disuasorias, la pesca fluvial es una modalidad solo al alcance de quien conoce todos los secretos del río. Canedo es uno de ellos y sabe que en marzo, cuando se abra la veda, él será de los pocos que llevará alguna trucha para casa, porque, "el que sabe siempre coge".

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