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El Gobierno contacta de forma indirecta con los secuestradores de los cooperantes

El intermediario es un jefe tribal del norte de Malí que desde 2003 juega un papel en la liberación de rehenes - El primer cara a cara se produjo la semana pasada

Arranca la negociación para la liberación de los rehenes al menos de forma indirecta. El Gobierno español ha establecido un contacto, a través de varios intermediarios, con el grupo terrorista Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) que secuestró el 29 de noviembre, hace ya casi un mes, a tres catalanes -Roque Pascual, Alicia Gámez y Abert Vilalta- en la principal carretera de Mauritania, según indican fuentes gubernamentales.

El contacto se logró la semana pasada, dos semanas después de que AQMI reivindicase la captura de los tres españoles y de un francés apresado en el sureste de Malí, el país al que han sido presumiblemente trasladados todos los rehenes, incluido un matrimonio italiano hecho prisionero el 18 de diciembre en Mauritania.

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El presidente de Malí, Amadou Toumari Touré, apodado popularmente ATT, puso a disposición de los hombres del CNI desplazados a Bamako -y a la de los agentes franceses de la DGSE- a varios de sus funcionarios que mejor conocen la franja desértica norte del país dónde Al Qaeda posee sus santuarios.

Estos funcionarios activaron, a su vez, a un jefe tribal de esa área que ha actuado como intermediario en varios secuestros de europeos en el Sáhara desde 2003. Tuvo un papel decisivo en la negociación que condujo a la liberación, la pasada primavera, de un matrimonio suizo y de una septuagenaria alemana. El cuarto cautivo, un británico, fue, sin embargo, asesinado el 31 de mayo.

La agencia de prensa china Xinhua indicó, el domingo por la noche, que también la fundación que dirige el hijo predilecto del líder libio Muammar el Gaddafi, Seif el Islam, intentaba desempeñar un papel en la negociación en ciernes. La intervención de la fundación fue clave en la liberación, en abril, de los diplomáticos canadienses Robert Fowler y Louis Guay. Fowler era enviado personal del secretario general de la ONU para Níger. Varias fuentes aseguran que en este caso sólo se pagó un rescate económico por su liberación.

El notable del norte de Malí ha tomado ya personalmente contacto con el jefe local del grupo terrorista que tiene secuestrados a los cooperantes españoles. Empieza así ahora un vaivén entre el intermediario, los representantes del presidente maliense y los agentes del CNI. El procedimiento es largo -los secuestros no duran menos de cuatro meses y se alargan hasta ocho- porque requiere desplazamientos hasta zonas remotas del país.

Al Qaeda, que posee teléfonos vía satélite, apenas los utiliza para negociar para evitar que sus muyahidines sean localizados. En una ocasión, sin embargo, permitió al austriaco Wolfgang Ebner, que estuvo ocho meses secuestrado en 2008, llamar a su hijo por teléfono, según contó el ex rehén.

El presidente Touré siempre ha dado facilidades a los servicios de los países occidentales con ciudadanos secuestrados en la franja norte de Malí. En esta ocasión va a redoblar los esfuerzos por dos razones, indican fuentes diplomáticas.

Primero, porque los rehenes pertenecen a dos países con los que mantiene estrechas relaciones. Francia es la ex potencia colonial y España ha "descubierto" Malí en la segunda mitad de esta década a causa de la llegada a sus costas de numerosos inmigrantes clandestinos de ese país subsahariano. Por eso abrió una embajada en Bamako en 2007 y, sobre todo, empezó a poner en marcha programas de cooperación.

Hasta ahora los terroristas trasladaban a sus rehenes a Malí, pero nunca habían apresado a nadie en el mismo país. Algunas fuentes diplomáticas sospechaban que se trataba de un acuerdo tácito. El 25 de noviembre capturaron, por primera vez, a un europeo, el francés Pierre Camatte, en Ménaka, a 1.500 kilómetros al sureste de Bamako. Es la segunda razón por la cual el presidente Touré está empeñado en resolver cuanto antes el secuestro. "Quiere demostrar que Malí sigue siendo seguro", afirma un periodista de Bamako.

La publicidad dada a estos secuestros y las recomendaciones formuladas, desde finales de noviembre, por los ministerios de Exteriores de Francia, España y Reino Unido, entre otros, amenazan con hundir a la industria turística. Los gobiernos europeos consideran ahora que gran parte de Malí -incluida la mítica ciudad de Tombuctú- ha dejado de ser seguro y recomiendan prácticamente no salir de Bamako, la capital.

El presidente de Malí, Amadou Toumari Touré.
El presidente de Malí, Amadou Toumari Touré.REUTERS
Roque Pascual, Alicia Gámez y Albert Vilalta.
Roque Pascual, Alicia Gámez y Albert Vilalta.

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