España vuelve a salir victoriosa en el enésimo asalto del culebrón que enfrenta al Gobierno con la compañía estadounidense de cazatesoros Odyssey Marine Exploration. Steven D. Merryday, el juez de Tampa Bay (Florida) encargado de dirimir a quién corresponden los derechos sobre el buque hundido y su carga, refrendó la decisión tomada en junio de este año por otro magistrado del mismo tribunal.
La iniciativa se antoja como un balón de oxígeno para el Ministerio de Cultura en estos tiempos tan revueltos. Quizá por la novedad y porque se dirige a un sector al que hasta el momento, nadie, al menos desde los despachos, ha dedicado demasiada atención.
El Sherlock Holmes reciclado para las audiencias cinematográficas del siglo XXI sigue siendo un detective inteligente e incisivo capaz de llegar a las más sagaces deducciones, pero su caótica vida privada, su carácter un tanto depresivo y, sobre todo, el dominio de las artes marciales acaban transmutándolo en un insospechado héroe de acción.