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PP y PNV se enfrentan por la rebelión de los párrocos guipuzcoanos

La onda expansiva de la polémica abierta por el nombramiento desde el Vaticano de José Ignacio Munilla como nuevo obispo de San Sebastián alcanzó ayer a los partidos. Mientras el PSE prefirió evitar la refriega y trasladó a la propia Iglesia la responsabilidad de solventar las diferencias que se desprenden del durísimo comunicado suscrito por un amplio grupo de curas de Guipúzcoa, el PP y el PNV asumieron posiciones de combate: el primero censurando la postura de los párrocos críticos, y el segundo justificándola.

La intervención de la presidenta del Parlamento vasco, Arantza Quiroga (PP), al ligar la actuación de algunos sacerdotes con el PNV, dijo: "Es muy difícil ser católico en el País Vasco", denunció.

Los peneuvistas temen que "la entrada de nuevos aires en la Iglesia desde la cúpula acaben con la labor desarrollada por diócesis vascas como la guipuzcoana o la vizcaína", advirtió Andoni Ortuzar. El presidente del PNV vizcaíno recuerda que la Iglesia en Euskadi tiene "una larga tradición de compromiso evangélico, cristiano, católico, pero también social". Además, "como cristianos", desde el PNV se sienten concernidos "por lo que sucede en la Iglesia", y en este contexto se pregunta "por qué se trae un perfil como el Munilla" a la diócesis de San Sebastián.

Según Ortuzar, "cuando uno ve que más del 77% de los presbíteros no está de acuerdo con ese perfil, la conclusión es que alguien, no sé si Roma o Madrid, quiere llevar a la Iglesia guipuzcoana adonde la Iglesia guipuzcoano no quiere ir".

Enfrente del PNV se situó el PP, representado por su líder local, Vasco, Antonio Basagoiti, y la ya citada Arantza Quiroga, que se repartieron los destinatarios de sus discursos. Mientras Basagoiti se dirigió a los párrocos que han firmado la carta contra la llegada de Munilla asegurando "que se les ve el plumero" y que "son políticos antes que curas", Quiroga, en cambio, sitúa el rechazo del clero guipuzcoano a que el futuro obispo guipuzcoano "dice cosas que no le gustan al PNV". En respuesta a las declaraciones de la presidenta de la Cámara, el portavoz de la Diputación de Guipúzcoa, Eneko Goia, señala en un comunicado que "las declaraciones de Quiroga, conocida simpatizante del Opus Dei, confirman las peores sospechas sobre quién y para qué han movido los hilos en el nombramiento del obispo Munilla".

Al Gobierno vasco la polémica les resulta ajena. Su portavoz, Idoia Mendia, recordó que el Ejecutivo "no debe inmiscuirse en asuntos de la Iglesia".

Para Mendia, "éste es un Estado aconfesional y, por lo tanto, ni nosotros nos debemos inmiscuir en asuntos eclesiásticos de esta religión ni de cualquier otra, ni esperamos que ellos lo hagan en asuntos de Gobierno".

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