Standard & Poor's cumple su amenaza y rebaja la nota de la deuda de Grecia
La agencia considera insuficientes las medidas anunciadas para recortar el déficit
La agencia de calificación de riesgo Standard & Poor's rebajó ayer la valoración de la deuda soberana a largo plazo de Grecia desde A- hasta BBB+, tras haberla colocado en "vigilancia negativa" hace una semana. Se trata de la misma rebaja que ya aplicó la agencia Fitch el pasado 8 de diciembre, que desató una fuerte inestabilidad financiera. La primera rebaja de la calificación ya provocó un encarecimiento de la deuda pública griega de más de 2,5 puntos, respecto al tipo de interés del bono alemán, que se toma como referencia. La noticia coincide con un clima de creciente tensión social, contra las medidas del Gobierno para reconducir la situación, que se podría agravar hoy si prospera la huelga general que promueven los sindicatos.
Crece el malestar social ante la política de austeridad prevista
Standard & Poor's argumentó su decisión porque en su opinión "es improbable que las medidas anunciadas recientemente por las autoridades griegas para reducir el elevado déficit fiscal conduzcan, por sí mismas, a una rebaja sostenible de la carga de la deuda". La agencia considera que "los esfuerzos del Gobierno para reformar las finanzas públicas se enfrentan a obstáculos nacionales que requerirán esfuerzos sostenidos durante varios años para superarlos".
Además de la rebaja, la agencia mantiene al país en situación de "vigilancia negativa" ante la perspectiva de que "la calificación pueda ser rebajada de nuevo si el Gobierno es incapaz de ganar el suficiente apoyo político para implementar un programa de consolidación fiscal a medio plazo creíble".
El deterioro de la calificación de la deuda pública puede tener otras consecuencias negativas además del encarecimiento de la financiación del sector público, al generar serios problemas para la economía privada. En este sentido, hay que recordar que a partir de 2011, el Banco Central Europeo sólo aceptará títulos de deuda con una calificación que como mínimo sea de A- como garantía para conceder liquidez a la banca privada. Si Grecia no remonta su calificación conduciría en la práctica a una contracción del crédito privado a empresas y familias.
Para 2011, la Comisión Europea prevé que el ratio entre coste de financiación de la deuda y los ingresos fiscales en Grecia será del 16%, más del doble que en Francia.
El Gobierno socialista de Georges Papandreu cuenta con el apoyo de los principales partidos de la oposición para aplicar un ambicioso programa de lucha contra la corrupción y el fraude fiscal. Sin embargo, el sindicato próximo al partido comunista (PAME) y la izquierda radical (SYRIZA) hicieron un llamamiento a la huelga general para hoy contra las medidas de ajuste y recortes de la Seguridad Social anunciadas por Papandreu. El paro no cuenta, sin embargo, con el apoyo de los sindicatos mayoritarios. La primera muestra de protesta fue la huelga realizada ayer por los docentes.
Las medidas de austeridad que han provocado un mayor rechazo sindical son el recorte en un 10% del gasto de la Seguridad Social, congelación del empleo público, excepto en sanidad y educación, para 2010 y congelación de los salarios de los trabajadores del sector público superiores a 2.000 euros anuales. Los sindicatos estiman que el recorte de los gastos de la función pública en un 10%, que también se baraja, implicará rebajas tanto en los salarios como en los efectivos.
La crisis financiera de Grecia está siendo vivida muy de cerca desde Bruselas y los responsables de las finanzas de los principales países. El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, señaló el pasado martes que las medidas adoptadas por el Gobierno griego "iban en la buena dirección", pero también precisó que deseaba con impaciencia "detalles concretos".
El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, por su parte, manifestó ayer que hay "peligros considerables, no necesito mencionar uno por uno" sobre la estabilidad del euro en los mercados internacionales y que la credibilidad de la moneda única debe ser respetada.
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