La activista rechaza atención médica
Una cada vez más debilitada Aminetu Haidar dio ayer una nueva vuelta de tuerca en su firme convicción de continuar con su huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote hasta las últimas consecuencias. Convencida de que el Gobierno español quiere forzar su ingreso hospitalario y su alimentación forzosa, ha decidido no recibir ningún tipo de atención médica ni permitir que se le practiquen chequeos o análisis.
El juez Jerónimo Alonso dictó por la tarde una resolución acerca de la denuncia presentada por la Delegación del Gobierno en Canarias en la que asegura: "No ha lugar al traslado forzoso de Aminetu Haidar a un centro sanitario para que se valore su estado de salud o para que sea sometida a tratamiento médico contra su voluntad".
Tras 22 días de ayuno, la activista mantiene su planteamiento de "volver al Sahara o morir". Haidar no hace comparecencias públicas desde el sábado, así que fue Fernando Peraita, portavoz de la plataforma de apoyo, quien leyó un comunicado con la decisión de la activista de no recibir ningún tipo de asistencia, ante la posibilidad de que el juez enviara a otro facultativo para someterla a nuevas pruebas por las contradicciones entre los que ya le han hecho.
Además, ante un posible deterioro aún mayor en el estado de salud de Haidar que le condujera a perder la consciencia, la propia activista admitió ayer que había firmado "un papel" donde deja clara su voluntad y que dicho papel está en poder de una persona de su máxima confianza. Desde su entorno aseguran que ese documento, o testamento ológrafo, habría sido avalado ante notario, lo que le otorga la fuerza legal suficiente. Aunque estas fuentes no han revelado el contenido del mismo, la activista ha manifestado una y otra vez que su intención es mantener la huelga de hambre hasta que se arregle la situación en la que se ha visto metida por culpa de Marruecos y España.
"Ayer [por anteayer], Rodríguez Zapatero ha dejado entrever que España pone por encima de los derechos humanos sus propios intereses económicos y que no puede presionar más a Marruecos", dijo Haidar a France Press. "El Gobierno español aún no ha utilizado sus cartas de presión. En lugar de eso, me presiona a mí".
Por otra parte, las adhesiones a la activista prosiguen en el aeropuerto de Guacimeta. Ayer se acercaron hasta allí los actores Alberto San Juan y Juan Diego Botto y el director Jaime Rosales, que desplegaron una enorme pancarta con un retrato de Haidar.
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