Televisión
¿Malos? Sí, gracias
Cuando en el fervor de la campaña electoral alguien le preguntó a Barack Obama por su personaje televisivo favorito, éste no lo dudó ni un momento: Omar Little. Si tan solo una década antes un candidato a presidente hubiera afirmado que era fan de un delincuente con afición por robar a los traficantes, el lío hubiera podido ser de aúpa, pero la mayoría se limitó a reconocer que Obama tenía "buen gusto".