Los Beatles más acuáticos
Mañana, por un euro, la taza del álbum 'Yellow submarine' con EL PAÍS
Atención: Yellow submarine no es uno, sino cuatro. Hay una canción, una película, un álbum y otro disco recopilatorio (lanzado en 1999). En estricto orden cronológico. Y podrían ser calificados respectivamente como muy bueno, excepcional, asíasí y enfin. La canción ya había aparecido en el disco Revolver (agosto de 1966); y los Beatles en dibujos animados, en 1965. Hasta 1968 fueron un espacio televisivo -el cuarteto de Liverpool, por supuesto, no doblaba a sus alter egos animados-, y ese año los animadores Al Brodax y George Dunning decidieron pasarlo a la gran pantalla. Cuando los productores, que pusieron a Dunning en la dirección, tantearon a los Beatles para que ahora sí pusieran la voz a sus personajes, se negaron: odiaban la serie. Así que tampoco en la gran pantalla se escuchan sus voces. Pero como querían quitarse de en medio el contrato cinematográfico -ésta fue su tercera película-, accedieron a aportar su imagen y alguna canción (en el filme se escuchan seis, y sólo All together now se compuso para la ocasión).
El disco es la banda sonora del filme animado, un canto a la psicodelia
Sin embargo, cuando vieron el resultado, les fascinó. Sus aventuras animadas contra los blue meanies (malines azules), que arrancan cuando Fred, un habitante de Pepperland, un paraíso musical invadido por esos blue meanies, recluta en un viejo submarino amarillo a los Beatles, son un prodigio de fantasía psicodélica, y una apuesta acertada por la novedad en el mundo de la animación.
El grupo supo verlo, y tras saborear el viaje de sus dibujos por los mares del Tiempo, de la Ciencia, de los Monstruos, de la Nada, de las Cabezas y de los Agujeros hasta liberar Pepperland, decidieron rodar un epílogo en vivo con una actuación en directo en la que aparecen con algunos de los objetos-recuerdos del filme e interpretan All together now. Por todo este proceso alejado de la banda, el álbum, de inicios de 1969, no es más que una cara A con seis canciones que aparecen en el filme y una cara B con las melodías compuestas por George Martin para acompañar las imágenes.
Por contra, el póster -obra de los animadores- mantiene toda la brillantez psicodélica del filme, la sensación de que si parpadeas te vas a perder algo importante.
Babelia
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