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El sector de componentes para coches despide a 4.500 personas en un año

Lear confirma el cierre de la fábrica de Roquetes, con 520 empleados

Lear confirmó ayer la noticia que ya trascendió el viernes: el cierre de su fábrica de cables de Roquetes (Baix Ebre), al lado de Tortosa, con 520 trabajadores. Un auténtico batacazo para la zona, puesto que es una de las principales empresas de las comarcas del Ebro. La decisión de la multinacional norteamericana, que en 2002 efectuó la primera gran deslocalización de España al cerrar la planta de Cervera (Segarra), con 1.200 empleados, es la última de una larga lista de crisis que azota la industria de componentes para el automóvil. En el último año, más de 4.500 personas han perdido su empleo en Cataluña, según datos de Sernauto, la patronal del sector, y otras 20.000 están afectadas por expedientes de regulación de empleo (ERE) temporales, según estimaciones de Comisiones Obreras (CC OO).

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Sólo en la industria auxiliar, sin tener en cuenta a los grandes fabricantes de automóviles (Seat, con casi 8.000 trabajadores suspendidos, y Nissan, con 700 despedidos) ni al sector de las dos ruedas (como Honda o Yamaha, entre otras), que sufre los mismos males que los coches: la caída de las ventas y de la producción.

Las primeras crisis y algunas de las más sonadas fueron las de ACC, en Sant Quirze del Vallès; Zodica, en Roses; Frape Behr, en la Zona Franca, y Zanini, en Parets del Vallès. Se añadieron luego Pirelli y Esteban Ikeda (El Prat de Llobregat), y por ahora Lear.

"No hemos tocado fondo, lo peor está por llegar", manifestaba ayer a este diario el secretario de desarrollo y organización de la federación de industria de CC OO de Cataluña, Lolo Gálvez, con varios años de representanción sindical en Seat. Los sindicatos advierten -y algunas fuentes de la patronal también, aunque con la boca pequeña- que "muchos de los expedientes que por ahora son de suspensión, acabarán en extinción de contratos". Lear es un claro ejemplo de ello. La fábrica tarraconense, que hace dos años llegó a tener más de 900 trabajadores, lleva nueve meses afectadas por sucesivas regulaciones temporales de empleo, recordaba ayer la dirección de la multinacional en un comunicado de prensa. Hay muchísimas empresas más en una situación similar (véase el cuadro adjunto).

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Desde Sernauto confirman el temor: "En las últimas semanas se está frenando el ritmo de expedientes temporales, porque ha repuntado ligeramente la producción de automóviles gracias a las ayudas y porque los que se presentaron más tarde no expiran hasta diciembre. Luego no sabemos qué pasará". La mejora de la actividad ha permitido incluso que muchos ERE aprobados por la autoridad laboral no se estén utilizando o que afecten a menos trabajadores de los previstos, como en los casos Sant Gobain Sekurit (Arboç) y o Kostal (Sentmenat).

"Pero los expedientes de extinción están aumentando", añade acto seguido la patronal, que recuerda que muchas empresas llevan ya encadenando un expediente temporal tras otro. Sernauto establece una relación de dependencia directa de la evolución de la producción. Y ésta aumentó en agosto por primera vez en un año. "Hay que mantener las ayudas a la compra de automóviles", exclama Gálvez, que advierte que ésta es la peor crisis que vive el sector porque la economía española "nunca había estado tan mal".

Las empresas se enfrentan a dos tipos de problemas: de supervivencia (poca carga de trabajo y acceso a financiación para no suspender pagos) y de consumo, agravado por un horizonte de paro del 20%.

El Gobierno catalán, que en primavera se las prometía felices por las buenas noticias de los grandes (Audi Q3 para Seat y dos nuevas furgonetas para Nissan), ve ahora como el sector se le empieza a escurrir de las manos. Los frutos de las ayudas de 465 millones de euros para el sector aún no se ven y, en el caso de Lear, la Generalitat reitera ahora que mantendrá reuniones con todas las partes implicadas para estudiar alternativas al cierre de Roquetes. Lleva más de un año intentando atraer proyectos. Los sindicatos exigen soluciones para un sector clave.

La automoción catalana (fabircantes y componentes) representa el 7,5% del PIB, genera 50.000 empleos directos y otros 110.000 indirectos, y el 20% de todo el gasto privado en I+D+i, según estimaciones del Departamento de Innovación.

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