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Entrevista:SIR SIMON RATTLE | Director de orquesta

"La Filarmónica de Berlín es igual que el Real Madrid"

Aurora Intxausti

Sir Simon Rattle (Liverpool, 1955), uno de los grandes directores de orquesta del mundo, se levantó a las cuatro de la mañana en Berlín para viajar a Segovia en busca del premio Don Juan de Borbón de la Música 2008. Y 12 horas después de abandonar Alemania se mostraba divertido y alejado de la seriedad que muestra al frente de una orquesta. Habló de su arte, de cocina, de su pasión por Mahler y del camino a seguir por las nuevas generaciones. Y también le pegó unas patadas al balón -eso sí, metafóricas-.

Gran aficionado al fútbol, utiliza símiles deportivos a la hora de hablar de la Filarmónica de Berlín, para muchos, la mejor orquesta del mundo. "Es igual que el Real Madrid. Cada uno de ellos, una gran figura; pero tienen que ser conscientes de que no son nada si no forman equipo. Lo importante es el conjunto. Suenan tan bien porque cada uno de ellos es excepcional. Pero el equipo consigue para el espectador un sonido único", sentenció el director de la formación desde el año 2002.

"En los músicos existe una dualidad, como doctor Jekyll y míster Hyde"

Y de la música, las grandes orquestas o el Real Madrid salta a la gastronomía en su particular sinfonía dialéctica. Este hombre, gran amante de la cocina y un goloso empedernido, puede entablar una conversación sobre el tema sin problemas. "Lo soy, no puedo ocultarlo", asegura mientras engulle un pastel inundado de yema. "Se parece bastante a los dulces árabes, demasiado azúcar incluso para mí".

Rattle, que lleva camino de convertirse en una leyenda de la dirección de orquesta, enrojece al escuchar elogios. El mito se sincera: "Hace 20 años tuve una crisis profunda, como la mayoría de los músicos. No sabía si estaba en el camino correcto. No tenía claro si la dirección elegida era el acertada; si lo que yo quería lograr con la música era posible. Entonces un director me dijo: 'No te preocupes, cada vez va a ser más duro'. Ahora, a medida que pasa el tiempo y aprendo más, sé que cuanto más arriba llegas sabes fracasar mejor".

Se siente feliz como director de orquesta, confiesa mientras entrecruza sus manos exquisitamente cuidadas. Pero de no haber podido desarrollarse como músco, le hubiese gustado ser actor. "Estaría encantado de meterme en la piel de un Ricardo III ¡Cómo me hubiese gustado! Interpretaría a grandes villanos, nunca a héroes".

Rattle está convencido de que en él hay dos personas: una, la que dirige; y otra, la que va por la vida sin batuta. "Estas situaciones son bastante frecuentes en los músicos. Existe esa dualidad, como doctor Jekyll y míster Hyde. Cuando dirijo a la Filármonica siento que el otro Simon Rattle se ha quedado en casa".

Si existe un genio que siempre está presente en la vida de Rattle, ése es Mahler. Viajó con él desde los 10 años. "Su música me convirtió en director. Sus composiciones me influyeron de tal manera que me permitieron crecer como músico. Tuve la suerte de escuchar toda su obra interpretada por la orquesta de Liverpool cuando era niño".

La palabra también es importante para Rattle: "Es un viaje de principio a fin; un viaje que aprendí con los grandes compositores de la historia. Con Mozart, después de cada nota, hay un pequeño silencio. Debemos saber escucharlo. En las orquestas utilizamos muchas vocales y consonantes. Detrás de cada palabra existe una música; y detrás de un discurso, una melodía. Es cuestión de saber escuchar".

El premio Don Juan de la Música, dotado con 60.000 euros, premia el trabajo de Simon Rattle y el proyecto educativo que, desde hace siete años, desarrolla junto a la Filarmónica de Berlín. Rattle también colabora con la obra de José Antonio Abreu en las orquestas de Venezuela, a quien define como "un evangelista del arte".

La tarea que desarrolla en Berlín sirve, según sus propias palabras, para "fortalecer las habilidades creativas y sensoriales de los alumnos, fomentar su pensamiento autónomo y su juicio crítico. No se trata de imbuirles de conocimiento, sino de que aprendan que lo importante es el proceso, el camino es la meta".

Sir Simon Rattle, ayer en Segovia.
Sir Simon Rattle, ayer en Segovia.CRISTÓBAL MANUEL

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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