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La defensa del blindaje permite al PNV condicionar el debate político

El órdago peneuvista muestra las contradicciones territoriales de PSOE y PP

El PNV ha aprovechado su particular defensa del blindaje del Concierto Económico para recuperar su pulso político, alicaído desde que está en la oposición parlamentaria, y, de paso, condicionar el debate interno del resto de los principales partidos, pero de una manera especial de quienes sustentan el Gobierno vasco. Con su órdago, además, los jeltzales dejan al descubierto dentro del PSOE y del PP sus distintas sensibilidades territoriales ante una iniciativa siempre recibida con recelos fuera del País Vasco.

De momento, el PNV ya ha rentabilizado su estrategia de situar unilateralmente en el escenario de Madrid la negociación del blindaje constitucional de las normas fiscales de las Juntas Generales, aprovechándose del acuerdo mayoritario del Parlamento vasco. Sabedor de la debilidad del presidente Zapatero para sacar adelante sus presupuestos de 2010, el partido de Iñigo Urkullu se ha erigido hábilmente y para estupor de PSOE y PP en adalid de esta exigencia, asociada intrínsecamente a la esencia vasca. La pública advertencia de que el PNV no entregará sus imprescindibles seis votos al Gobierno central si éste no se compromete a sacar adelante el blindaje es ahora un tema de Estado, como ayer mismo reconoció Soraya Sáenz de Santamaría, portavoz del PP en el Congreso.

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Así las cosas, el PSOE se siente prisionero de su propia situación. De entrada, por su debilidad parlamentaria, está obligado a evitar la huida del PNV; además, sabe que un portazo al blindaje supondría un temerario golpe bajo a la identidad vasquista del Gobierno López; y, por si fuera poco, la dirección de Ferraz no es ajena a las reiteradas quejas del resto de varios de sus barones, refractarios a esta "concesión" al "nacionalismo". Y es que el planteamiento particular del PNV ha envenenado el debate porque supone un mazazo a la línea de flotación del proceso de encantamiento que las direcciones regionales de PSE-EE y, especialmente, PP habían iniciado desde el País Vasco ante sus cúpulas en Madrid. "Es muy difícil de vender a un diputado de La Rioja o de Castilla y León que estamos atados de pies y manos por una petición del PNV a título particular y por eso hay que decirles que lo saquen de la negociación presupuestaria", señalan desde el bando popular. Como es previsible, nadie espera, de momento, que los peneuvistas suelten la pieza que políticamente han mordido con tanto éxito.

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El PNV, envalentonado tras comprobar cómo el debate político vasco empieza a girar en torno a sus estrategias, da un paso adelante y sitúa ahora al Gobierno vasco y, personalmente, a Patxi López en el eje de su diana. El presidente de los peneuvistas vizcaínos, Andoni Ortuzar, exigió ayer al lehendakari, en una entrevista en ETB, "que se ponga al frente de la defensa del blindaje del Concierto Económico", en una tarea que considera "una prueba de fuego para la capacidad de liderazgo". "Y si fracasa será un mal delegado del Gobierno español en Euskadi", agregó.

Ortuzar, como el resto del EBB, conoce las dificultades que están encontrando los socialistas vascos para recibir el apoyo a la propuesta nacionalista del blindaje. El portavoz del PNV, Josu Erkoreka, viene participando en las negociaciones a varias bandas, entre otros, con Txiki Benegas, Fernández Marugán y Eduardo Madina, y dispone de información suficiente para advertir de que ve "bastante difícil" el voto favorable del PSOE en el Congreso. Sin embargo, un diputado socialista vasco mantiene su convencimiento de que "al final se apoyará".

Como un claro guiño al PNV, el portavoz socialista en el Congreso, José Antonio Alonso, se mostró ayer "comprensivo" con esta exigencia y abierto a negociar. "El PNV ha expresado su predisposición de defender determinados intereses de los que se puede y vamos a hablar", y entre los que se encuentra, admitió, "el blindaje". Alonso, tras indicar que el PNV es un partido de derechas, consideró que "tiene unas características al margen de la cuestión ideológica, que es el no tener ahora ningún interés de naturaleza táctica o electoral; porque en el País Vasco", agregó, "tienen un régimen fiscal y económico que es el que es". Eso sí, hasta mediados de octubre no se abordará este espinoso asunto en el Congreso.

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