Micheletti y Zelaya se dan una tregua en Honduras
Óscar Arias advierte contra la tentación de aislar a los golpistas
o deja de ser curioso que la cara amable del actual régimen hondureño sea la del general que, el pasado 28 de junio, ejecutó el secuestro del presidente Manuel Zelaya y su inmediata expulsión a Costa Rica, a punta de pistola y en pijama. El general Romeo Vásquez, antiguo amigo de Zelaya y hoy íntimo de Roberto Micheletti, tiene un discurso amable y correcto, habla continuamente de diálogo y de respeto al orden constitucional, nada que ver con el tono de su actual jefe político, que se sulfura cada dos por tres. El militar se defiende de quienes lo acusan de golpista con una frase redonda: "Si esto hubiese sido un golpe militar, yo ahora mismo sería el jefe del Estado". Lo que sí sigue guardando el general en un cofre con siete cerrojos es la contestación a la pregunta clave: ¿Quién le dio la orden de sacar al presidente Zelaya del país?
El presidente de Costa Rica pide que se levante el estado de sitio
"Vayan ustedes a preguntar a los juzgados...". Es su respuesta, y de ahí no hay quien lo saque, aunque sí se ve que es la única cuestión que le incomoda. En una conversación improvisada con periodistas extranjeros, el general Romeo Vásquez se mostró ayer orgulloso de tener controlado el orden público y de que, desde el golpe hacia acá (él no pronunció la palabra golpe, obviamente), sus hombres hayan conseguido dominar la calle "sin excesivos problemas". Al término de la conversación, el general Romeo se topó con Daniel Romero, el director de la recién clausurada Radio Globo, que casualmente pasaba por allí. Romeo le hizo una señal al periodista para que entrara en su camioneta blindada y, durante unos minutos, ambos conversaron. "Me ha dicho", contó después el periodista, "que él personalmente no es partidario del cierre, y que si quiero puede hacer de mediador para que la reabran. Yo le he dicho: general, usted y yo sabemos que aquí todas las decisiones pasan por usted. Y él me ha contestado: no te olvides de que fuimos amigos, somos del mismo pueblo, pero ustedes se han convertido en la voz de la resistencia".
El general que cerró la emisora se ofreció para mediar en la reapertura y, aunque suene exótico, eso es lo que, con otras palabras, propuso ayer Óscar Arias como fórmula para la solución del conflicto. El presidente de Costa Rica y premio Nobel de la Paz dijo que la comunidad internacional tiene que evitar la tentación de aislar a los golpistas. Y viceversa. Dijo Arias: "Lo peor que le puede pasar a la comunidad internacional es querer aislar al Gobierno de facto, más bien debemos estar en comunicación con él, que escuche nuestros consejos". Y añadió: "Micheletti me manifestó ayer que está considerando la posibilidad de derogar el estado de sitio para devolver la tranquilidad al proceso electoral; sin esa tranquilidad y el respeto a los derechos individuales no se puede llevar a cabo una campaña electoral". Hay momentos, pocos, en los que parece que la solución es posible y no demasiado lejana.
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