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Femcat pide más dinero para Spanair

Casi día y medio de debates sobre el tipo de líderes que Cataluña necesita en esta crisis causaron impaciencia en algún empresario de los que participaron en las jornadas sobre la materia organizadas por ESADE en Sant Fruitós de Bages. "Mucha teoría, pero debemos pasar a la acción. Echo en falta determinación y mayor implicación de la sociedad civil en proyectos de país", criticó ayer Joaquim Boixareu, consejero delegado del grupo Irestal y uno de los miembros de la asociación de empresarios Femcat, accionistas a su vez, con el 31,9%, de la sociedad IEASA, que controla la aerolínea Spanair. Tras defender la base industrial de Cataluña, Boixareu dejó en el aire, sin respuesta, este interrogante: "¿Por qué la gente no invierte más en Spanair?".

El presidente de Femcat y director del RACC, Josep Mateu, no aludió como tal a la aerolínea, pero sí subrayó en su concepción de liderazgo la importancia de que la empresa catalana aprenda a "ganar dimensión", sepa "juntar esfuerzos" y "cooperar". Y Spanair ha sido un ejemplo de ello. Está en pérdidas, pero ha embarcado a una larga lista de instituciones y empresarios catalanes que desean potenciar El Prat. Pero los compradores tienen pendiente entregar 35 millones de euros que aún faltan para cubrir la ampliación de capital con que compraron la empresa. De ahí el llamamiento de Boixareu.

El presidente de la empresa, Ferran Soriano, era precisamente uno de los ponentes de ayer en el Mont Sant Benet, de Caixa Manresa. No aludió al dinero para su empresa, en fase de reconversión y traslado de empleados, pero sí dejó claro con qué liderazgo quiere gestionar Spanair: "sin privilegios y de forma ejemplarizante", intentando que "el líder se adapte al equipo con que se encuentra" en cada entorno y con "equilibrios entre el corto plazo y el medio plazo".

La necesidad de mirar a medio y largo plazo pese a la crisis y de implicarse en el entorno más allá de la trinchera de la empresa -idea que la vigilia había lanzado el presidente del Círculo de Economía, Salvador Alemany- sobrevoló los debates. "La crisis está volviendo al empresario aún más cortoplacista, y es un error", se lamentaba Ramon Pont, presidente de Borges. Poner las luces largas en la empresa no resulta fácil. "La incertidumbre sobre cómo va a ser el entorno a medio plazo dificulta el desarrollo de proyectos", confesaba Xavier Torra, director general de Simon.

Un peligro del corto plazo, contra el que alertó el director de ESADE, Carlos Losada, es olvidarse de "sostener la propia identidad como empresa a base de bajar precios o recortar plantilla hasta el límite", apuntó Javier Nieto, presidente de Santa & Cole. Joan Carles Gallego, de CC OO, pidió que las reformas no se centren en el recorte de los costes laborales.

Sobre la implicación en el entorno, Joan Font, dueño de Bonpreu, no se quedó convencido: "Piden que salgamos de la empresa, pero que nos digan adónde, en qué nos embarcan, bajo qué bandera, porque los ejemplos que nos ofrece la política y su juego sucio no entusiasman". No en vano, uno de los consensos en el Mont Sant Benet fue éste: de poco sirve un líder sin proyecto.

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