Brown recorta el plan de submarinos atómicos británico
El anuncio coincide con la necesidad de enjugar el déficit de Reino Unido
Reino Unido no tiene planes para reducir sus actuales 160 cabezas nucleares a pesar del anuncio de que sí va a reducir de cuatro a tres la flota de submarinos que constituyen el Trident, su programa de defensa nuclear como arma disuasoria. La precisión fue realizada por Gordon Brown, el primer ministro británico, en unas declaraciones a BBC Radio 5 Live horas antes de presentar formalmente en la Asamblea General de Naciones Unidas, en Nueva York, su oferta de reducción de submarinos. La oferta fue adelantada la víspera por Downing Street a los medios británicos.
Aunque el anuncio coincide con la búsqueda desesperada de recortes de gastos para equilibrar las deterioradas cuentas públicas de Reino Unido, la decisión parece tener más intencionalidad política que económica. Brown parece haber querido lanzar ahora ese mensaje, de forma inesperada, para contentar por un lado a las bases laboristas en vísperas del congreso del partido, la semana que viene en Brighton. Y, por otro, adelantarse con una oferta unilateral a las conversaciones sobre desarme nuclear que comenzarán en mayo próximo.
El efecto presupuestario de la medida, en todo caso, parece más bien magro. El Gobierno estima que la renovación del programa Trident costará unos 20.000 millones de libras (algo más de 22.000 millones de euros al debilitado cambio actual de la libra), de los que entre 11.000 y 14.000 millones corresponden a la construcción de los submarinos. Reducir la flota de cuatro a tres unidades ahorraría menos de 3.300 millones de euros. Una cantidad simbólica al lado de los entre 77.000 y 107.000 millones de euros que se estima que costará el conjunto del programa Trident si se incluyen los costes de mantenimiento y las cabezas nucleares para sus 30 años de vida prevista. Los réditos políticos pueden acabar siendo también escasos. A nivel interno, los ahorros presupuestarios parecen casi irrelevantes y a años vista -el cuarto submarino debería construirse hacia 2020- y la oferta no puede satisfacer a quienes creen que Reino Unido debería pura y simplemente renunciar a su programa de armamento nuclear.
A nivel externo, una vez descontado el efecto sorpresa de una oferta incondicional e inesperada, su efecto puede ser escaso porque en la práctica no supone un recorte del potencial nuclear británico. El Trident nunca contempla desplegar los cuatro submarinos al mismo tiempo y el objetivo de tener cuatro unidades es asegurar el despliegue nuclear permanente sin problemas de reparaciones y mantenimiento. Y, sobre todo, al mantenerse las actuales 160 cabezas nucleares británicas, el potencial nuclear es el mismo. Todo indica que Brown se reserva para sí o para su sucesor la baza del recorte del número de cabezas nucleares con vistas a las futuras negociaciones.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció la semana pasada la renuncia de su Gobierno a desplegar el llamado escudo de misiles y quiere reducir de 2.100 a menos de 1.000 el número de cabezas nucleares desplegadas por Estados Unidos y de Rusia.
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