Zapatero responde al aluvión de apoyos con un discurso radical contra los poderosos
- El presidente defiende "una reforma empresarial" ante sectores de cartón piedra - Afirma que su política es "coherente" y sostiene que gobernar incluye "improvisar"
En el PSOE "estalló la unanimidad". Con esta cita irónica, un dirigente socialista puso el broche al Comité Federal de este partido, máximo órgano de dirección con 248 miembros. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, arrancó en ese escenario con un discurso muy ideológico y cargó las tintas en su intervención final para responder a la treintena de intervenciones de apoyo de sus compañeros. "Voy a ser leal y valiente en la defensa de nuestro proyecto", proclamó ante el Comité Federal que le había animado sin ambages a continuar con las políticas sociales. Tan importante es salir de la crisis como salir "con estabilidad, cohesión y paz social", proclamó Zapatero.
"Parte del tejido empresarial que se ha destruido era de cartón piedra"
El jefe del Gobierno tacha de patéticas las críticas al anuncio de los 420 euros
El presidente vuelve a arremeter contra el gobernador del Banco de España
"Leire es una apuesta de todo el partido, no de Zapatero", dice Fernández-Vara
También tuvo el aval para subir los impuestos aunque con la petición de que se respetara la "progresividad". Y parece que así será. "Los datos son escandalosos, los trabajadores tributan más que muchos empresarios; la subida irá para las rentas altas por distintos mecanismos", dijo Zapatero. El próximo sábado se conocerán los detalles cuando el Gobierno presente el proyecto de Presupuestos Generales para 2010. Del relato de Zapatero se desprendía que ha librado, y aún continuaba, una batalla dura contra "los poderosos", en el curso de esta crisis.
El jefe del Ejecutivo aseguró que había dicho "no" a sus presiones, a pesar de que estos se habían "empleado a fondo" para conseguir "abaratar el despido", y que hubiera menos recursos para "la protección social", con el argumento de los peligros de seguir engordando el déficit.
Pero esos mismos poderosos, según Zapatero, no tienen reparo en pedir apoyo para sus sectores empresariales. "El Gobierno no debe intervenir en nada, porque eso supone una injerencia, pero todo depende del Gobierno". Con esta cita el presidente se quejó de "la hipocresía" de quienes le critican por la inminente subida de impuestos y a la vez piden ayudas. En la primera intervención del presidente ya se adivinaba la reafirmación de su política y la reiteración de que lo peor de la crisis ha pasado "aunque no sus efectos".
"Hemos antepuesto la política social, la cohesión social y la solidaridad a cualquier otra circunstancia; y no ha sido una tarea fácil porque las fuerzas a las que les gustaría otro modelo de sociedad, aquellos que consideran que una beca es un despilfarro o gasto improductivo, se han opuesto", remachó.
En la réplica, y tras escuchar un alud de intervenciones en defensa del proyecto socialdemócrata y de los principios que inspiran secularmente al socialismo democrático, lanzó reproches a sectores empresariales y al Gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. A éste le último le recordó, ya en una intervención a puerta cerrada, que "ahora pontifica un día sí y otro también, pero no dio la voz de alarma cuando el endeudamiento privado era enorme". Desde el banco emisor se alerta al Gobierno para que contenga el déficit. Las reflexiones de miembros del Comité Federal sobre la actuación de los empresarios en esta crisis y la realidad que perciben sobre la situación del desempleo le sirvieron a Zapatero para apostillas de cierto calado.
"Parte del tejido empresarial que se ha destruido es de cartón piedra, por lo que, en efecto, lo que se necesita es una reforma empresarial más que una reforma laboral", señaló Zapatero. Éste se refirió a las "dificultades" por las que pasan muchas empresas.
Algunos asistentes al Comité Federal interpretaron que el presidente ponía en dudas algunos de los malos datos económicos, sobre todo, de la veracidad absoluta de las cifras de desempleo. Zapatero narró que cuando en España el paro era del 8% en la anterior legislatura "los empresarios decían que no encontraban trabajadores". Y citó a Florentino Pérez, presidente de ACS, que en una ocasión le hizo la reflexión de que ante la falta de trabajadores habría que ir a buscarlos "a los cayucos porqueparecen que los que vienen son buenos". En el mismo contexto se preguntó por qué sólo 28.000 personas han solicitado la nueva percepción de 420 euros, prevista para quien carece de ingresos, desde el 1 de agosto, cuando los supuestos afectados por la medida eran diez veces más. A propósito de las críticas recibidas por haber establecido esa prestación con esa fecha y tres días después rectificar y retrotraerla hasta el 1 de enero, lo justificó. "Hemos cambiado la fecha después de escuchar a los sindicatos y a los grupos parlamentarios; resulta patético que ante una medida de calado social algunos, los que no necesitan esos 420 euros, pongan el acento en que el Gobierno ha cambiado una fecha para beneficiar a más personas". En la réplica a sus compañeros, Zapatero defendió la "coherencia" de su proyecto aunque "gobernar también incluye improvisar: faltaría más". Pidió a sus compañeros que no se inquietaran ante lo que denominó "la tiranía de lo inmediato", en referencia a la catarata de mensajes que escuchó de los miembros del Comité Federal contra el supuesto "acoso" que recibe el presidente. "Si no hubiera sido por dos editoriales y tres tertulias de esta semana no hubierais tenido necesidad de expresar que me apoyáis y que no estoy solo", ironizó Zapatero. Todos entendieron que se refería a dos editoriales de EL PAÍS, críticos con aspectos de su gestión de la crisis económica, y a emisiones de la Cadena Ser. La defensa del proyecto "autónomo" del PSOE respecto a agentes externos la emprendió el presidente de Castilla-la Mancha, José María Barreda, y le siguieron el resto de presidentes socialistas. También los secretarios generales de federación defendieron con ahínco a Zapatero y a la secretaria de Organización, Leire Pajín. "Leire no es una apuesta de Zapatero sino de todo el partido", proclamó el presidente extremeño, Guillermo Fernández - Vara. Zapatero defendió expresamente a Pajín, al portavoz parlamentario, José Antonio Alonso, y a la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, que sufre ataques " inadmisibles".
Dicho por Zapatero
- "Hay pocas dudas de que lo peor de la crisis ha pasado ya. Y no es poca cosa".
- "La estabilidad social no se improvisa. La paz social es fruto de una acción política".
- "Este Gobierno ha tenido que elegir, y hemos elegido: hemos dicho no a abaratar
el despido, hemos dicho sí a aumentar la protección por desempleo; hemos dicho no a reducir derechos sociales, hemos dicho sí a hacer avances en políticas sociales. Y hemos dicho no a los poderosos y a los que representan algunos intereses, y sabremos decir
sí cada vez que haya un problema social, empresarial, a aquellos que dependen
de su trabajo".
- [Los 420 euros para desempleados] "Hay algunos que se han dedicado a hacer una crítica porque el Gobierno la aprobó con efectos de 1 de agosto y luego asumió cambiar hasta el 1 de enero. Bienvenidas sean esas críticas, que no os preocupen. Resulta patético que, ante una medida de ese calado social, algunos pongan el acento en la fecha".
- "Somos un proyecto
de solidaridad, de cohesión social. Lo vamos a mantener frente a cualquier intento
de ir en dirección contraria. Parece evidente que en nuestro adversario principal hay más enredos que ideas".
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