El conflicto de Afganistán
El fiasco electoral en Afganistán, con documentadas denuncias de fraude que debilitarán el previsible mandato de Hamid Karzai, ha complicado extraordinariamente la estrategia de la Casa Blanca sobre ese conflicto, en el que ahora encuentra fuertes resistencias en el Congreso y entre la opinión pública para cumplir con el deseo del Pentágono de aumentar el número de tropas.
La Comisión de Quejas Electorales afgana, dependiente de la ONU, ordenó ayer el recuento de los votos en el 10% de los colegios electorales de Afganistán ante la incredulidad generada por las cifras comunicadas que atribuyen el 54,3% de sufragios al presidente Hamid Karzai, suficientes para hacer innecesaria una segunda vuelta.
Nunca fue bienvenido en Israel el juez Richard Goldstone, y menos aún lo será el contundente informe que remitió ayer al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre la guerra que causó en Gaza 1.400 muertes -unos 800 civiles, 235 policías y alrededor de 300 milicianos-, arrasó miles de viviendas, cientos de fábricas, decenas de escuelas, hospitales y depósitos de agua, el invierno pasado.
El periodista iraquí que fue condenado por lanzar sus zapatos contra el ex presidente estadounidense George W. Bush en una conferencia de prensa en diciembre pasado en Bagdad salió ayer de prisión, donde fue víctima de torturas, según él mismo denunció horas después de ser excarcelado.
El infatigable José Manuel Durão Barroso redobló ayer sus gestos y promesas especialmente en materias sociales en un último esfuerzo para convencer a los eurodiputados socialistas y verdes para que le voten hoy para un segundo mandato de cinco años al frente de la Comisión Europea.