Sebastián: "Cuanto más conocemos la opción de Magna menos nos gusta"
El ministro critica a Merkel por pedir a España "la factura sin ver el menú"
"Cuanto más conocemos la opción de Magna menos nos gusta". Es lo que dijo ayer el ministro de Industria, Miguel Sebastián, tras la reunión de los países europeos con plantas de Opel en Berlín. Alemania había convocado este encuentro para pedir cooperación en el paquete de créditos y avales de 4.500 millones a los que se ha comprometido para salvar Opel. La reunión se produce el día siguiente de que la canadiense Magna, que acaba de comprar la alemana a General Motors, confirmara sus intenciones de despedir a 10.500 de los 50.000 trabajadores que Opel tiene en Europa, la mitad de ellos en Alemania.
La reunión sólo sirvió para acordar que Berlín pedirá a Magna que precise su plan financiero y de viabilidad. Sebastián criticó la política de información sobre una venta anunciada por sorpresa en vísperas de las elecciones alemanas y que causó malestar en diversas capitales. "Falta información por parte de Magna. Ha habido una decisión que nos ha parecido sorprendente, porque General Motors nunca vio la opción de Magna como la mejor", dijo Sebastián.
Países con fábricas de Opel censuran la venta por favorecer a Alemania
El ministro subrayó que el Gobierno español y el aragonés todavía no conocen "los detalles del acuerdo ni la opción industrial de Magna", y añadió: "Cuanto más conocemos la opción de Magna menos nos gusta". Las críticas se dirigieron también indirectamente contra el Ejecutivo de Angela Merkel, pues la reunión ha sido convocada oficialmente para hablar sobre las ayudas financieras que cada país aportará a New Opel, y no para debatir el plan. "Cuando uno va a un restaurante primero mira el menú, luego come y luego paga la factura. Hoy nos han convocado para pagar la factura y todavía no hemos visto el menú", dijo Sebastián, que mostró su confianza en un "futuro brillante" de Opel en España.
El Gobierno español considera que el problema del plan de Magna no se reduce al desmantelamiento de empleo, sino a la falta de claridad respecto al futuro de la producción de la planta de Figueruelas (Zaragoza). El plan inicial contempla que de la planta española desaparezca el montaje del Corsa de tres puertas, que se trasladará a la Eisenach (Alemania). El representante del Gobierno de Aragón señaló el sinsentido de este cambio, ya que los costes de producción de la planta alemana son superiores. La delegación española dejó claro que mientras no haya una información completa sobre el plan no adoptará un compromiso financiero.
A la planta de Figueruelas, con 7.500 trabajadores, le correspondería una reducción de 1.642 empleos. El país más afectado por el recorte sería Bélgica, que debería cerrar su planta en Amberes. El acuerdo anunciado la semana pasada por General Motors establece que la casa estadounidense mantenga el 35% de las acciones, que ceda el 55% al consorcio de Magna y el 10% a la plantilla.
La reunión de ayer se produce en un momento de tensión de los países europeos con plantas -España, Bélgica, Reino Unido y Polonia- por considerar que la operación con Magna beneficia demasiado los intereses alemanes. Muchos consideran que la decisión prematura responde a la proximidad de las elecciones generales, que se celebrarán el próximo 27 de septiembre. La secretaria general de Industria, Teresa Santero, también presente en la reunión de ayer, dejó otra vez claro que la operación de venta todavía no ha concluido y que todas las opciones siguen estando sobre la mesa. "La venta no está cerrada", dijo.
Miguel Sebastián anunció además que solicitará a la Comisión Europea que esté vigilante durante todo el proceso de compra ante la falta de información por parte de Magna.
El vicepresidente del Gobierno de Aragón, José Ángel Biel, apostó por la puesta en marcha de un plan especial para Opel, ya que "si se produce lo peor tenemos que estar preparados".
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