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Reportaje:SIN COCHE | Pinilla del Valle

Rinocerontes pastando en el Lozoya

El municipio propone un viaje en el tiempo hasta la época de los neandertales

Rinocerontes, leones y hienas correteaban por el valle alto del Lozoya hace unos 70.000 años, cuando los inviernos eran más largos y fríos y los neandertales campaban a sus anchas por los terrenos que hoy en día pertenecen a Pinilla del Valle (185 habitantes). Es difícil imaginárselos a partir de los restos encontrados en los yacimientos del Calvero de la Higuera, pero ahí estuvieron, con sus puntas y sus raspadores para descarnar a los animales que cazaban.

Tampoco es fácil imaginar a Agustín, el molinero, cuando con su burro recorría las calles del pueblo anunciándose con un cencerro. Agustín recogía los sacos de grano de los vecinos que luego molía en el molino hidráulico que ahora es uno de las paradas destacadas de la Ruta de los Oficios. Porque si el director del Museo Arqueológico Regional, Enrique Baquedano, y su equipo proponen un viaje en el tiempo para conocer cómo vivía el Homo neanderthalensis, el Ayuntamiento de Pinilla muestra con este paseo un pasado no tan lejano. Un tiempo, hace apenas 50 años, en el que el cereal se medía en celemines o maquilas, útiles que se enseñan ahora en el restaurado Molino del Navazo junto con trillos, yuntas o cribas. Como ocurre en la antigua fragua, ahora casa de la cultura con un centro de acceso público a Internet, se puede ver el potro que los ganaderos utilizaban para inmovilizar a sus animales y así poder herrarlos.

Era una época en la que este tranquilo pueblo rodeado de montañas, por un lado los montes Carpetanos que le separan de Segovia y por el otro los de Cuerda Larga, y a apenas 20 kilómetros del puerto de Navacerrada, vivía del cultivo del cereal, del carbón y de la explotación de vacas y ovejas. Luego, cuando a finales de los sesenta se embalsó la zona más cercana del río Lozoya, las cosas comenzaron a cambiar. Muchas de las tierras más fértiles quedaron ahogadas por las aguas y, además, en los trabajos posteriores del Canal de Isabel II se empezó a descubrir lo que se ha convertido en el yacimiento más importante de la región. Ayer lo visitó el vicepresidente y consejero de Cultura y Deporte, Ignacio González, que aseguró "la total disposición del Gobierno regional" para la construcción de un centro de interpretación. El Ayuntamiento de la localidad lo quiere situar en suelo propiedad del Canal, algo que González sólo condicionó "a que sea un terreno seguro y adecuado".

La octava campaña de excavaciones en el yacimiento, dirigidas por Juan Luis Arsuaga, está a punto de terminar y el próximo domingo se celebrará una jornada de puertas abiertas. Se podrán contemplar así los últimos hallazgos de los arqueólogos, paleontólogos y geólogos que han estado un mes trabajando en el yacimiento: la cueva des-cubierta, que contiene restos de fauna y de industria lítica; y los restos de rinocerontes de estepa y de liebres silbadoras, unos pequeños mamíferos que viven ahora en el Himalaya. Luego, cuando el día 18 se acaben los trabajos en el yacimiento, la labor de Baquedero y su equipo continuará con la catalogación de todos los restos encontrados. "Sólo estamos un mes aquí porque si no la cantidad de fósiles para trabajar sería imposible de manejar", explica el director del Museo Arqueológico Regional.

Esta tranquila y cuidada localidad, limpia y con apenas casas caídas y su iglesia parroquial recién restaurada y llena de nidos de cigüeña en el tejado, también vive el fin de semana su particular jornada de puertas abiertas. Se trata de la cuarta feria de los oficios y tradiciones, que comienza el viernes por la tarde. Tres días para disfrutar de los pasacalles, las exhibiciones de cetrería y el teatro o caminar por las calles convertidas en mercado medieval. Otro paseo por el pasado de Pinilla del Valle.

Un equipo de arqueólogos trabaja en el yacimineto paleontológico de Pinilla del Valle.
Un equipo de arqueólogos trabaja en el yacimineto paleontológico de Pinilla del Valle.SANTI BURGOS
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Apuntes de viaje

- Pinilla del Valle está a unos 90 kilómetros al norte de Madrid. Se puede llegar en la línea de autobuses 194, que sale de la plaza de Castilla.

- Su población es de 185 habitantes y se duplica durante el verano.

- Cuenta con una tienda, tres restaurantes, dos casas rurales y una farmacia.

- Durante este fin de semana celebra la cuarta feria de los oficios y tradiciones. Más información: www.pinilladelvalle.org

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