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Reportaje:TECNOLOGÍA

Los chicos de la granja

El joven Sven debería haber sido granjero y continuar con la tradición familiar. Sus padres, Peter Olufsen y Anne Hansen, poseían una granja, Quistrup Manor House, cerca de Struer, una pequeña localidad situada en la comarca danesa de Nordvestjylland, al noroeste del país. Sin embargo, el siglo XX comenzaba a dar sus primeros pasos y por su mente bullían otros pensamientos, alejados de la dura vida de los fríos y lluviosos campos daneses. Era la época de los grandes avances tecnológicos, en la que todo parecía posible.

Este contexto y la inquietud de Sven fueron el caldo de cultivo perfecto para que sintiera muy pronto un entusiasmo desbordante por la tecnología. En 1920, con 23 años, decidió acudir a la Escuela Electrotécnica de Aarhus. Allí conoció a otro joven con el que compartía idéntica pasión: Peter Bang. Nacido en 1900 en una familia burguesa de Copenhague, su padre, Camilo Cavour Bang, había instalado en su casa todo tipo de aparatos por entonces innovadores, como el teléfono o el gramófono. Tras graduarse en 1924 en Aarhus, Peter se trasladó a Estados Unidos para ampliar sus conocimientos sobre la industria de la radio. Allí residió seis meses antes de regresar a Dinamarca. En 1925, los dos jóvenes ingenieros crearon Bang & Olufsen y convirtieron la buhardilla de Quistrup Manor House en el cuartel general de la nueva compañía.

El último reproductor de la casa identifica la música que se está escuchando y busca pistas parecidas
El 10% de los habitantes de Streuer trabaja para la marca. En esta ciudad se fabrican todos los productos desde 1926

En la granja iniciaron una modesta producción manual de radios que comercializaban entre vecinos y conocidos. Los primeros años fueron difíciles, y la principal fuente de financiación procedía del dinero que obtenían de la venta de los huevos de las gallinas de la granja. Hasta que una de sus creaciones comenzó a funcionar. El Eliminator (1926) era un dispositivo que se instalaba dentro de la radio y permitía, por vez primera, conectarla directamente a la corriente eléctrica y eliminar así las pesadas y tediosas baterías de las que dependía hasta entonces. Este producto supuso el verdadero despegue de Bang & Olufsen, al que le seguirían otros, como una radio de cable de tres lámparas (1927) o el Hyperbo (1934), un equipo que integraba radio y gramófono con un altavoz. La compañía, con 25 empleados, se trasladó a Struer. La buhardilla de la casa natal de Sven se había quedado pequeña.

Mas de 80 años después, Bang & Olufsen se ha convertido en la firma de equipos de electrónica de consumo de lujo, además del mayor símbolo nacional danés, con el permiso de los juguetes Lego. Fabrica televisores, equipos de música, altavoces, teléfonos y diversos dispositivos multimedia, todos ellos con un denominador común: un diseño que en la compañía denominan "atractivo emocional". Como apunta Karl Kristian Hvidt Nielsen, presidente y CEO de la empresa, en un salón de la legendaria Quistrup Manor House, "no intentamos desarrollar equipos competitivos. Lo único que nos importa es asegurarnos de que lo que hacemos posea una gran calidad y un diseño totalmente diferente a lo que existe en el mercado, que la tecnología suponga un valor añadido para los productos de uso diario". En la actualidad, Bang & Olufsen tiene más de 2.550 empleados, factura cerca de 550 millones de euros al año, cotiza en la Bolsa de Copenhague y sus productos se comercializan en más de 100 países, principalmente a través de establecimientos monomarca. En España hay 68 de estas tiendas y fue el país que más establecimientos inauguró el año pasado, con un total de 11.

A pesar de estas cifras y de tratarse de una compañía global, toda la fabricación de sus productos continúa centralizándose en la ciudad de Struer. La excepción es un pequeño centro de producción e I+D en la ciudad checa de Koprivnice, donde se realiza una parte del montaje de los productos de audio y vídeo. El 10% de los 10.000 habitantes de Stuer, una apacible y tranquila localidad costera típicamente danesa rodeada de extensas praderas verdes, trabaja en Bang & Olufsen. "Lógicamente, la empresa ha cambiado en sus 80 años de historia. Somos una firma global y tenemos tiendas por todo el mundo. Pero todo sigue haciéndose en Dinamarca: sólo podemos asegurar la calidad centralizándolo todo en Struer", afirma su presidente.

A las afueras del núcleo histórico de la ciudad, Bang & Olufsen dispone de 120.000 metros cuadrados de oficinas y zonas de producción. El corazón de este auténtico mar de naves y edificios es La Granja, un inmueble que expresa la identidad de la compañía y cuyo diseño está inspirado en las típicas granjas del norte del país. Por eso, antes de acceder a él lo primero que sorprende al visitante son las numerosas ovejas que pastan por sus alrededores. Su interior alberga las oficinas de los principales responsables de la compañía.

Justo al lado de La Granja se encuentran las instalaciones donde se diseñan, fabrican y ensamblan los productos. La factoría de anodizado de aluminio es una de las más avanzadas del mundo. Aquí es donde los equipos de la firma reciben su característico acabado plateado. Por su parte, El Cubo es la mayor instalación de medición electroacústica privada del mundo. De estos recintos han surgido equipos que forman parte de la historia de la electrónica. Por ejemplo, BeoLab 5, considerado uno de los mejores altavoces del mundo, o BeoSound 9000, un reproductor de CD que lleva 12 años en el mercado y que permite disfrutar de horas de música sin interrupciones gracias a su hilera para seis discos.

La última novedad de la factoría de Struer es BeoSound 5, un reproductor multimedia con el que la compañía se adapta a los nuevos tiempos, en los que el CD deja paso a formatos de audio y vídeo comprimido. Permite escuchar tanto la música almacenada en su disco duro de 500 Gb (BeoMaster 5) como las miles de emisoras de radio a través de Internet o visualizar vídeos y fotos cuando se conecta a una pantalla de la firma.

Aunque para muchos este producto no represente a estas alturas una gran innovación tecnológica, BeoSound 5 merece atención por dos interesantes aportaciones. La primera es su innovador interfaz que combina movimientos físicos (a través de una rueda de aluminio) y virtuales (dentro de la propia pantalla). Esta combinación es lo que más quebraderos de cabeza dio a Anders Hermansen, su diseñador, y al equipo de ingenieros desde el inicio de su desarrollo, hace más de dos años. "Teníamos claro que el punto de partida debía ser la rueda y que de forma natural llegaríamos a la pantalla situada a su lado, con todas las posibilidades de interactuación que proporcionaba un elemento mecánico: queríamos conseguir que los usuarios pasasen de una experiencia virtual bidimensional a otra manual tridimensional", explica con satisfacción. "Al integrar la rueda de navegación en la pantalla, queríamos que la interfaz transmitiera la sensación de estar hundiendo los dedos en la propia experiencia digital", sentencia.

La segunda aportación de BeoSound 5 es un revolucionario algoritmo que representa el futuro de las listas de reproducción inteligentes. Su nombre es MOTS -More Of The Same (más de lo mismo)- y se encarga de captar la identidad musical de lo que se está escuchando. Cada vez que el usuario seleccione su música favorita, buscará en el disco duro ficheros parecidos. De esta forma, MOTS permite disfrutar de horas de audio con el mismo ADN musical. Como afirma John Hammer, jefe de investigación de Bang & Olufsen, "compila automáticamente una lista de reproducción para que el usuario siga escuchando más de lo mismo, además de incluir variaciones para que el viaje musical sea lo más estimulante posible".

La apuesta por equipos como éste es una muestra de que la firma danesa quiere seguir siendo referencia en diseño y tecnología y mejorar sus resultados económicos. Karl Kristian Hvidt Nielsen fue elegido máximo responsable en agosto de 2008 con un claro encargo por parte del consejo de administración: corregir los poco satisfactorios números de su antecesor, Torben Ballegaard Sørensen, y afrontar con garantías la complicada situación económica. Siguiendo su nueva estrategia corporativa, la compañía se ha centrado en el desarrollo de equipos de audio y vídeo y ha dejado de fabricar algunos productos que no habían cosechado el éxito esperado, como teléfonos móviles o reproductores de MP3. "Creí necesario marcar directrices que aseguren que la compañía va a salir de esta época turbulenta y que nos permitan mejorar en lo que realmente somos muy buenos: el audio y el vídeo", explica. En esta apuesta por el sonido de calidad se enmarcan los acuerdos que la compañía ha firmado con compañías automovilísticas como Aston Martin para equipar a sus vehículos con sistemas de audio B&O. En el coche o el salón, los equipos de la firma seguirán siendo una referencia para millones de entusiastas en todo el mundo. "El objetivo de la compañía es continuar haciendo lo mismo que cuando nació: desarrollar productos que marquen la diferencia a nivel tecnológico y estético. Que, además, sean únicos y mejoren la calidad de vida de las personas", sentencia Hvidt Nielsen.

Anders Hermansen, diseñador del BeoSound 5.
Anders Hermansen, diseñador del BeoSound 5.

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