Cultura y Exteriores se sientan a fumar la pipa de la paz

Se acabó la pugna entre Cultura y Exteriores. Tras meses de lucha entre ambos departamentos por la pretensión del anterior responsable de Cultura, César Antonio Molina, de exigir la exclusividad en la coordinación de la política cultural en el extranjero y, sobre todo, de tener bajo su control el Instituto Cervantes, organismo dependiente de Exteriores y buque insignia de la difusión de la cultura española, ayer se selló la paz entre los dos ministerios. Fue en la sede de la Academia de Cine, donde la nueva titular de Cultura, Ángeles González-Sinde, y el de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, escenificaron el acuerdo por el control de la acción cultural española en el extranjero, a pesar de que el grueso de las actividades seguirá dependiendo, como hasta ahora, de Exteriores. "El Ministerio de Asuntos Exteriores tiene una mayor capacidad en los países receptores frente a nuestras iniciativas culturales, mientras que Cultura configura el producto y los conceptos a presentar en dichos países. Todo esto dará un valor añadido a nuestros departamentos", resumió Moratinos.

El deseo de César Antonio Molina de controlar el Cervantes desató la pugna

El Plan Nacional de Acción Cultural en el Exterior, que tendrá que ser aprobado en Consejo de Ministros, fija las prioridades y las líneas de actuación en una estrategia conjunta anual. Cada mes de septiembre se reunirá una comisión interministerial para abordar de "manera consensuada y coordinada" la agenda de exposiciones, festivales e iniciativas culturales para preparar para el año siguiente. Dentro de este plan, se crearán unas becas para formar a gestores culturales en el exterior que apoyen y ayuden a las embajadas en todas sus actuaciones relacionadas con la cultura.

"Hoy es el reencuentro de lo que nunca fue un desencuentro", aseguró ayer Moratinos tras asistir a la entrega del premio González-Sinde -en recuerdo del que fue primer presidente de la Academia de Cine y padre de la actual ministra de Cultura- a la Filmoteca del Ministerio de Asuntos Exteriores. Moratinos, que se defendió con ahínco ante la pretensión de César Antonio Molina de quitarle competencias culturales, negó que hubiera habido fricciones en torno al Instituto Cervantes. "Nunca ha habido fricción", dijo Moratinos ante las preguntas de los periodistas, negando así la gran bronca que enfrentó a los dos ministerios durante la titularidad de César Antonio Molina y que levantó fuertes recelos en Exteriores. El ministro Moratinos añadió que el Cervantes, aunque depende de los presupuestos de su departamento, siempre ha contado con la colaboración de Cultura y de Educación. González-Sinde, que con este acuerdo, renuncia a dar la batalla para que el departamento de Cultura tenga mayor poder y fuerza en la acción exterior, quiso recalcar que la presencia de Cultura en el Cervantes es "importante" y que el contacto con su directora, Carmen Caffarel, es "constante". La semana próxima Comillas (Cantabria) será el escenario de un encuentro con todos los directores de los Institutos Cervantes que contará con la presencia de los ministros de Cultura, Asuntos Exteriores y Educación, Ángel Gabilondo.

Aunque el plan anunciado ayer está listo, todavía no se sabe la fecha en la que será aprobado por el Consejo de Ministros.