Una "gravísima" negligencia mata al bebé de la primera fallecida por gripe A
El pequeño Ryan murió de una embolia en el Gregorio Marañón tras recibir alimento por vena - Las enfermeras implicadas, apartadas de sus puestos
Mohamed tiene la cara totalmente desencajada. En un plazo de 15 días lo ha perdido todo. El 30 de junio falleció su esposa, Dalila, por la nueva gripe. Ayer murió su hijo, Ryan, de tan sólo dos semanas, por un error hospitalario que las autoridades han descrito como "gravísimo". En su casa del barrio madrileño de Moratalaz reina la desazón. Allí, la familia ha preparado un improvisado velatorio para el pequeño. Sentados en varias sillas dispuestas en círculo y contra las paredes del salón, algunos murmuran. Otros miran al suelo. Mohamed llora en el baño. Desde que se enteró de la noticia no puede parar de llorar. "Estoy destrozado. Esto es muy fuerte", dice cuando sale. Está abrumado. Descolocado. El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Juan José Güemes, le espera en la sala. Con gesto cabizbajo, se abraza al chico. Ha llegado para dar el pésame a esta familia, marcada por la tragedia.
Ryan estaba ingresado en la unidad de cuidados intensivos del hospital Gregorio Marañón desde que nació, sietemesino, el pasado 29 de junio. Los médicos precipitaron su nacimiento por cesárea para intentar salvarle la vida después de que el estado de su madre -que murió horas después en el mismo centro- se agravara por el virus H1N1. No ha servido de nada. Ayer falleció de una "embolia fulminante", según el director del centro hospitalario, Antonio Barba. El personal de enfermería que estaba a su cargo confundió la vía de administración de una fórmula láctea específica para niños prematuros y se la introdujo en vena, según Barba. Debía ir por vía nasogástrica. "Una gravísima negligencia que no tiene excusa", según el director del hospital.
El pequeño estaba evolucionando bien. Los análisis habían determinado que no padecía la nueva gripe y se recuperaba poco a poco. Mohamed sólo pudo verle unas horas. El domingo por la tarde llegó de Marruecos, del entierro y los funerales por Dalila. Lo primero que hizo fue acudir al Gregorio Marañón para visitar a Ryan. Ahora no entiende nada. "Ayer estaba bien. El niño estaba bien", se lamenta, y se enjuga los ojos. Hassan, el padrastro de Mohamed, cuenta que el joven, de 21 años, había conseguido hacerse a la idea de que el bebé era un legado de Dalila. "Ahora también le han quitado a su hijo", dice.Mohamed está pálido. Desde que su mujer, que acababa de cumplir 20 años, falleció ha perdido peso. Apenas puede articular palabra. Cuando murió Dalila aseguró que denunciaría al Gregorio Marañón por negligencia. La joven falleció después de acudir a este centro dos veces y otra más al hospital de Fuenlabrada. En todas las ocasiones la enviaron a casa. A la cuarta visita, y cuando ya apenas podía caminar ni respirar, la ingresaron en cuidados intensivos. "Esto es un palo grandísimo", dice el chico. "No sé qué voy a hacer. Tengo que pensarlo", asegura.
El propio hospital en el que ha fallecido Ryan reconoce la negligencia. "Por razones que desconocemos, el personal responsable se ha equivocado", afirmó el director gerente con la voz temblorosa. El consejero de Sanidad de Madrid también habla de un "error inexplicable". Las dos enfermeras implicadas han sido apartadas de sus funciones. Una de ellas, muy joven, acababa de llegar a la UCI, según fuentes del hospital y los sindicatos. Era su primer día. Sin embargo, Juan José Güemes aseguró que esta enfermera estaba "completamente capacitada", y explicó que tenía dos años de experiencia en grandes hospitales y que llevaba desde diciembre de 2008 en la maternidad del Gregorio Marañón. Las enfermeras que atendieron a Ryan son "personal experimentado", dijo. El consejero de Sanidad aseguró que se ha abierto una investigación para tratar de aclarar lo sucedido y el caso ya está en manos del juzgado de guardia.
Pero nada de eso le vale a Aziza. La madre de Dalila acababa de llegar a Madrid ayer cuando se enteró de la noticia. Llegaba desde Mdiq (que los españoles conocen como Rincón), donde enterraron a su hija, para hacerse cargo del pequeño Ryan. No pudo. "Tengo el corazón roto. No sé qué más puede ocurrir", repite, al borde de las lágrimas, como un mantra. Hace cinco años, esta mujer perdió a su marido en un accidente laboral en Cataluña. Luego a su hija por la nueva gripe y ahora a su nieto. Todavía no sabe si volverá a Marruecos, pero no guardará buenos recuerdos de España.
El pequeño Ryan será embalsamado y enterrado en Mdiq, junto a Dalila. Mohamed volverá allí y será a la vuelta cuando empiece a plantearse qué hacer con la negligencia que ha terminado con la vida de su hijo.
El director del hospital Gregorio Marañón declaró ayer que el centro "asume todas las responsabilidades posibles, tanto humanas como patrimoniales". Pero, de momento, ni a Mohamed ni a Aziza les basta. El joven está desolado: "Me lo han quitado todo".
Una familia rota
- 2004. El padre de Dalila Mimouni, prejubilado de las fuerzas armadas marroquíes, muere en un accidente laboral en Cataluña. Se había trasladado a España él solo para trabajar.
- 2007. Dalila y Mohamed se casan y se trasladan a España. Vivían en el barrio madrileño de Moratalaz, en casa de la madre de él. Mohamed había estado trabajando un par de años en Málaga en una fábrica de Pladur.
- 2009. Dalila, de 19 años, no trabaja y Mohamed, de 21 años, está en paro. Él se está preparando unas oposiciones a policía. Dalila se queda embarazada. Se enteran en enero. Están entusiasmados.
- 10 de junio. Dalila empieza a padecer fiebre y dolores de cabeza, en las articulaciones, en la garganta al tragar y en la espalda.
- 11 de junio. Acude a urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. Se le diagnostica una infección de vías respiratorias altas y dolor de espalda en relación con su embarazo. Se le prescribe un tratamiento.
- 13 de junio. Su estado no mejora. Acude con 39,5 grados de fiebre a urgencias del Hospital de Fuenlabrada (Madrid). Estaba pasando allí el fin de semana en casa de unos familiares. Se confirma el anterior diagnóstico.
- 15 de junio. Dalila se presenta en las urgencias del hospital Gregorio Marañón con los mismos síntomas y fiebre de 38,5 grados. Se le diagnostica asma e infección respiratoria. Se le prescribe un tratamiento y se le da el alta. Horas después vuelve e ingresa en urgencias. Tiene dificultades para respirar. Pasan las horas y sigue empeorando. Ingresa en la UCI. Se le diagnostica neumonía bacteriana. Se amplía el tratamiento antibiótico.
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