El régimen recurre a la televisión para contrarrestar la protesta
Ahmadineyad no está asumiendo ningún riesgo y ha lanzado todo el aparato del Estado contra los opositores. Junto a la acción contundente de las fuerzas de seguridad, también está utilizando los medios de comunicación para desprestigiar a quienes cuestionan su triunfo. Primero fueron las confesiones de manifestantes arrepentidos. Ayer, el telediario de las dos de la tarde mostró una larga entrevista con uno de los supuestos basiyís cuyo ataque por la multitud fue recogido en vídeo, en el que éste asegura que él no es un miliciano, que le sacaron del coche y le golpearon sin mediar provocación alguna.
En otra táctica más sutil para mantener a los jóvenes fuera de las calles, la televisión nacional ha sorprendido a los iraníes con la emisión durante los últimos días de algunas películas norteamericanas relativamente recientes como El señor de los anillos y varios títulos románticos. Incluso sin ellas, muchos iraníes han reducido sus salidas a lo imprescindible por temor a verse atrapados en un enfrentamiento. En Teherán, durante la primera semana después de las elecciones del día 12, el consumo de gasolina cayó un 5%, según la prensa local.
[Unas 5.000 personas reavivaron ayer las protestas participando en el centro de Teherán en una manifestación oficialmente convocada para honrar la memoria de Mohamed Beheshti, un clérigo asesinado en un atentado en 1981, según informaba CNN. Un cerco policial rodeó la marcha. Los agentes instaron a los manifestantes a desfilar rápidamente, mientras éstos reivindicaban su derecho a la protesta pacífica].
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