El Gobierno ve problemas para acoger a uno de los presos de Guantánamo
La ley impide autorizar su residencia porque tiene antecedentes penales
El Gobierno español quiere ayudar al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a cerrar la prisión de Guantánamo, pero teme que alguno de los cuatro presos cuya acogida pidió el pasado miércoles en Madrid el enviado especial de la Secretaría de Estado, Daniel Fried, no resulte admisible. Los problemas con los nombres ofrecidos por EE UU no se deben tanto al temor de que constituyan una amenaza para la seguridad nacional, como a la necesidad de respetar la legislación española.
Aunque, al contrario que otras capitales europeas, Madrid no ha puesto como requisito que exista alguna vinculación entre el recluso y España (como lazos familiares o conocimiento del idioma), sí ha exigido que no tenga antecedentes penales.
"Ninguno es un angelito", dice el CNI de los cuatro ofrecidos a España
EE UU quiere que el Ejecutivo admita a un quinto interno más adelante
Ello se debe a que la Ley de Extranjería es taxativa al respecto. "Para autorizar la residencia temporal de un extranjero será preciso que carezca de antecedentes penales en España o en sus países anteriores de residencia", señala. De los expedientes de los internos ofrecidos por Washington se deduce que al menos uno tiene antecedentes penales por delito común, lo que impediría darle la residencia.
La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega subrayó el viernes que la petición de EE UU se está estudiando "caso por caso" y que la decisión deberá ser compatible con el derecho internacional y el ordenamiento jurídico español.
La existencia de antecedentes penales no significa que tengan causas pendientes. Al contrario. Washington ha dejado claro que no existe ninguna acusación formal contra ellos. Precisamente por eso, ha descartado juzgarlos y los ha incluido en el cupo de reclusos transferibles.
Se estima que entre 50 y 60 de los 230 internos que siguen en Guantánamo no podrán ser juzgados ni devueltos a sus países de origen, por lo que EE UU les busca lugares de acogida.
Aunque no se ha dado ningún dato sobre la identidad de los reclusos ofrecidos a España, EL PAÍS ha podido saber que los cuatro son de nacionalidad tunecina. En un primer momento se barajó que hubiera también algún sirio, pero Washington no lo ha incluido en su lista. No obstante, el propio Fried sugirió a sus interlocutores españoles que más adelante podría pedir la acogida de un quinto interno, cuyo origen no especificó.
Fuentes gubernamentales subrayaron que la negativa a acoger a alguno de estos cuatro no supondría, de producirse, un desaire para EE UU. Fried dejó claro a la delegación española -formada por responsables de los ministerios de Asuntos Exteriores, Interior y Justicia- que no se trataba de un trágala y que, si alguno de los nombres no era aceptable, estaba dispuesto a sustituirlo por otro.
Las fuentes consultadas descartan también que la acogida de tunecinos pueda provocar algún roce diplomático con dicho país, ya que Túnez está al corriente del traslado a España de sus ciudadanos y ha dado garantías de que no los reclamará.
Si no son repatriados a sus países de origen, agregaron las mismas fuentes, no es sólo porque exista el riesgo de que pudieran ser detenidos y sometidos a malos tratos, sino también por temor a las posibles represalias de sus antiguos correligionarios. Sobre muchos reclusos de Guantánamo pesa la sospecha de que han colaborado con los servicios de inteligencia de EE UU, a los que habrían facilitado información de las células de Al Qaeda en las que estuvieron integrados.
Por eso, el "sistema de vigilancia y observación" al que aludió el pasado miércoles el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, no sólo tendría el objetivo de controlarlos, sino también de protegerlos.
Al menos, parte de la vigilancia corresponderá al Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que ya ha comenzado a intercambiar información con los servicios estadounidenses y europeos. "Aún no hemos hecho un análisis exhaustivo de los expedientes, pero desde luego ninguno es un angelito", alegan fuentes próximas a dichos servicios.
Al no existir ninguna causa contra ellos, quedarán en libertad, pero no podrán abandonar el territorio español. Lo más probable, según los expertos, es que se les otorgue asilo o el estatuto de protección internacional, para regularizar su estancia en España. Una vez que se regularicen, podrán acceder a ayudas sociales o a un permiso de trabajo.
La gira por Europa que el enviado especial de Obama para el cierre de Guantánamo inició el miércoles en Madrid concluyó el sábado en Lisboa, donde agradeció a España, Italia y Portugal por el "paso que han dado" al mostrarse dispuestos a acoger reclusos. "Cuantas más países europeos acepten [acogerlos] más fácil será que otro también lo haga". Además de España, Italia ha aceptado acoger a tres presos y Portugal a un "número pequeño" no precisado.
Fried no quiso revelar cuándo está previsto el traslado de los presos a Europa, pero recordó que el presidente Obama se ha comprometido a clausurar en enero de 2010 el centro de detención ilegal levantado por EE UU en territorio cubano.
Sobre la posibilidad de que Washington financie la estancia de los ex presos en Europa, Fried dijo que, "en algunos casos, se podrán dar pequeñas cantidades, pero será considerado caso por caso". El Gobierno español prefiere hacerse cargo de los gastos.
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