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Reglas más duras para los mercados

Andreu Missé

El Consejo Europeo apoyó ayer la creación de un nuevo marco de supervisión financiera. El nuevo sistema se basará en dos pilares, uno de supervisión micro, para examinar las entidades financieras, y otro de vigilancia macro, que evaluará las amenazas potenciales para la estabilidad financiera en general. El nuevo sistema, inspirado en el informe elaborado por un grupo de expertos presidido por Jacques de Larosière, ex director general del Fondo Monetario Internacional, y en el que ha participado el economista español José Pérez, debería entrar en vigor en 2010.

La supervisión micro (supervisión directa de las entidades) continuará en manos de los responsables nacionales, pero su actuación será controlada por tres autoridades europeas de supervisión (banca, seguros y Bolsa) con poderes para fijar normas iguales y vinculantes para todos los países y la posibilidad de tomar decisiones obligatorias cuando existan disputas entre Estados.

Las amplias competencias que deberían tener estas tres autoridades europeas encuentran serias reticencias por parte de Reino Unido, Eslovaquia y Eslovenia, que ya se pusieron de manifiesto en los últimos consejos. El proyecto del Grupo Larosière y de la Comisión establece que las autoridades europeas puedan emitir dictámenes vinculantes para los países que no hayan podido ponerse de acuerdo en los planes de ayuda cuando se produzca una crisis financiera de una entidad que opera en varios países. Los mismos Estados rechazan que una autoridad europea pueda tomar medidas de emergencia obligatorias en situaciones de crisis.

Reino Unido y sus dos aliados quieren garantías de que las competencias de las autoridades europeas no afectarán a su soberanía fiscal, "por ejemplo, al uso del dinero de los contribuyentes en apoyo de un grupo en dificultades financieras".

En su última reunión, los ministros de Finanzas de la UE señalaron que buscarían la fórmula para salvar estas objeciones. El primer ministro británico, Gordon Brown, manifestó ayer su rechazo a que una decisión de la autoridad europea "pueda tener impacto en los contribuyentes y que en este caso debían ser adoptadas por las autoridades nacionales".

Para la supervisión macro se prevé la creación de una Junta Europea de Riesgos Sistémicos, que efectúe un seguimiento y evalúe las amenazas potenciales para la estabilidad financiera. La Junta, formada por los gobernadores y representantes de los Estados miembros y de la Comisión, estará facultada para en su caso emitir advertencias de riesgo y recomendaciones de actuación. La propuesta de Bruselas es que la Junta esté dirigida por el presidente del Banco Central Europeo, actualmente Jean Claude Trichet. Finlandia propone que el presidente sea elegido por la Junta entre uno de los gobernadores nacionales.

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