El mejor estado de la anchoa sólo permite capturas limitadas

La población de anchoa en el Golfo de Vizcaya se sitúa ya las 28.000 toneladas, según los estudios científicos de Azti-Tecnalia dados ayer a conocer por el Gobierno. Después de cuatro años de paro biológico, la especie ha experimentado una "moderada" recuperación, pero aún se mantiene por debajo de las 33.000 toneladas que la Comisión Europea marca como límite para permitir reabrir la pesca. Sin embargo, las autoridades pueden tomar un atajo y establecer un plan de capturas con limitaciones: por encima de las 24.000 toneladas y con unos informes técnicos favorables se podría levantar la veda con restricciones.

Un acuerdo entre Francia y España podría posibilitar la reanudación de la pesca en la primavera de 2010, siempre que ésta se someta a un "plan de gestión a largo plazo". Los arrantzales contemplan esperanzados esta opción. El pacto francoespañol, de producirse, deberá producirse en el marco de la reunión del Consejo de Europa del próximo 30 de junio en Bruselas, según señaló ayer en Bilbao Jon Azkue, viceconsejero de Desarrollo Pesquero.

Azkue, quien compareció junto con el director de Azti-Tecnalia, Rogelio Pozo, valoró positivamente la mejoría del caladero. Las 28.000 toneladas de anchoa que han calculado los científicos superan las 25.000 estimadas en 2008 y las 9.700 que había en el momento de iniciarse la veda, en 2005. "No podemos decir que hayamos superado la crisis de la anchoa", valoró Pozo, quien explicó que los datos se obtuvieron el pasado mes de mayo. Precisó que aún es necesario conocer los resultados que ofrecerá Francia el mes que viene para tener una visión más completa del estado de la especie.

La decisión sobre la veda, según Azkue, depende en exclusiva del Consejo, pero responderá a los informes que entreguen España y Francia. "La posición del Gobierno vasco estará marcada por el cálculo que hagan los científicos para la sostenibilidad de la anchoa y el mantenimiento económico de la pesquería". El viceconsejero añadió que, en todo caso, "no habrá una apertura que conlleve la pesca libre", sino que se establecerán "capturas predeterminadas que minimicen el riesgo de desaparición de la especie en el Cantábrico".

Los pescadores aseguran que estos datos "permiten abrir la pesquería con una cuota limitada". "Sería importante para el sector, se podría ir recuperando la actividad poco a poco", explicó a EL PAÍS Eugenio Elduayen, presidente de las Cofradías de Guipúzcoa. Agregó que sólo en este territorio unos 180 barcos -1.500 familias- se beneficiarían de la reapertura. En una línea parecida, Iñaki Zabaleta, de la Federación de Vizcaya, manifestó a Vasco Press que el sector "podría ir tirando" con unas capturas limitadas a 7.000 toneladas. Esta cantidad coincide con la cifra que aventuró Pozo como un posible tope de capturas.