Andalucía regula por ley el derecho del enfermo terminal a la sedación
La comunidad aprueba la norma que fija las condiciones de la muerte digna
"El derecho a una vida humana digna no se puede truncar con una muerte indigna". La Junta de Andalucía convirtió ayer este ideal en una premisa recogida por escrito en el proyecto de ley de muerte digna, la primera norma autonómica de España que regulará los derechos del paciente durante la última etapa de su vida y las obligaciones de los médicos que les traten, tanto en centros públicos como privados.
Tras un año de debate y varios borradores, el Gobierno autonómico dio el visto bueno al texto y lo envió al Parlamento, donde la ley se someterá ahora a la discusión de los grupos parlamentarios. En principio, IU y PP, en la oposición, están de acuerdo con el fondo del asunto, aunque a buen seguro presentarán enmiendas. La consejera de Salud, la socialista María Jesús Montero, se muestra optimista sobre un amplio consenso, pero predijo cierto "debate interno" en el PP en el que confió en que no se imponga "el ala dura" de los populares.
Inmaculada Echevarría tuvo que pleitear meses para ser desconectada
La futura ley de Derechos y Garantías de la Dignidad de las Personas en el Proceso de la Muerte, fija las condiciones que deben rodear a una muerte digna. La mayoría de los derechos que otorga a los pacientes y los deberes que impone a los médicos están ya recogidos en la ley estatal de autonomía del paciente, pero nunca han terminado de regularse y, a la hora de llevarlos a la práctica, a menudo, surgen trabas. Es lo que ocurre, por ejemplo, con el derecho del paciente a rechazar un tratamiento. Otras cuestiones, como las sedaciones paliativas, que hasta ahora estaban recomendadas en textos europeos y estatales que regulan las buenas prácticas médicas se elevan por primera vez en España a la categoría de derecho en la norma andaluza: "El paciente en situación terminal o de agonía, tiene derecho a recibir sedación paliativa, cuando lo precise", recoge el texto, que incluso regula el derecho a recibir estos cuidados en el domicilio del enfermo.
La norma garantiza, además, la cobertura jurídica a los profesionales que atienden a los enfermos terminales, pero también les deja claras sus obligaciones, como la de retirar o no instaurar medidas de soporte vital que "sólo contribuyan a prolongar en el tiempo una situación clínica carente de expectativas razonables de mejoría". Es decir, lo que habitualmente se llama obstinación o encarnizamiento terapéutico. La ley regula que para tomar esta decisión el médico debe recabar la opinión coincidente de al menos otros dos profesionales sanitarios de su equipo. La ley obliga también a los médicos a consultar el registro de voluntades vitales anticipadas antes de decidir sobre un paciente que agonice, así como a respetar "los valores, creencias y preferencias" del enfermo y "abstenerse de imponer" sus propias creencias morales o religiosas.
Desde que empezó a tramitar la nueva ley, el Gobierno andaluz ha puesto como ejemplo el caso de las sedaciones del hospital de Leganés o la batalla que tuvo que afrontar la granadina Inmaculada Echevarría para conseguir que le desconectaran el respirador que le mantenía con vida. La ley andaluza surge para evitar que se repitan estos episodios.
La decisión adoptada por el Gobierno andaluz se ha hecho sin esperar que el Ministerio de Sanidad avance en el mismo sentido. El Ejecutivo de Zapatero ha metido este proyecto en el cajón, después de que al inicio de la legislatura el anterior ministro, Bernat Soria, crease un grupo de expertos para estudiar la regulación de la muerte digna e incluso quiso abrir el debate sobre el suicidio asistido. Por el contrario, la actual ministra, Trinidad Jiménez, dejó claro, en una entrevista EL PAÍS el pasado mes de abril, su desinterés por una normativa específica: "No forma parte de una prioridad en el debate social ni político; por tanto, no tengo intención de avanzar en este aspecto. No existe un clima social que demande este tipo de legislación".
La consejera andaluza de Sanidad dijo ayer desconocer si el departamento que dirige Trinidad Jiménez tiene previsto o no aprobar una ley de ámbito estatal, al tiempo en que confió en que los ciudadanos de otras comunidades autónomas sean las que empujen a sus gobiernos para regular este aspecto.
Apoyos jurídicos
- La Estrategia Nacional de Cuidados Paliativos de 2007 prevé la administración de fármacos para tratar situaciones extremas.
- El artículo 20 del Estatuto de Andalucía establece que todas las personas tienen derecho a recibir un adecuado tratamiento del dolor y cuidados paliativos integrales.
- La Ley de Autonomía del Paciente, aprobada cuando gobernaba el PP en 2002, recoge el derecho del enfermo a rechazar un tratamiento médico. También regula las instrucciones previas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Junta Andalucía
- Legislación sanitaria
- VIII Legislatura Andalucía
- Medicina dolor
- Legislación autonómica
- Comunidades autónomas
- Gobierno autonómico
- Parlamentos autonómicos
- Administración autonómica
- Política autonómica
- Política sanitaria
- Especialidades médicas
- Andalucía
- Parlamento
- España
- Sanidad
- Medicina
- Política
- Legislación
- Administración pública
- Salud
- Justicia