Corea del Norte lanza más misiles a pesar de la dura condena de la ONU
Las potencias buscan acordar con China nuevas sanciones contra Pyongyang
Corea del Norte respondió ayer a las duras condenas de la comunidad internacional por la prueba atómica subterránea que efectuó el lunes con una nueva vuelta de tuerca. Pyongyang lanzó dos misiles de corto alcance (unos 130 kilómetros), que se sumaron a los tres que había disparado el lunes. Los dos proyectiles (uno tierra-aire y otro tierra-agua) fueron lanzados desde la costa este del país, según informó la agencia surcoreana Yonhap. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas condenó de forma unánime la prueba militar y anunció que prepara sanciones más duras.
En respuesta al ensayo atómico -el segundo que realiza el Norte en su historia, aunque de una potencia muy superior al de octubre de 2006-, Corea del Sur anunció que se va a unir a la llamada Iniciativa para la Proliferación de la Seguridad (PSI, en sus siglas en inglés), impulsada por EE UU, cuyo objetivo es impedir el tráfico de armas de destrucción masiva. La iniciativa, en la que participan más de 90 países, incluye la detención y registro de barcos en alta mar y ejercicios militares. Pyongyang ha dicho en el pasado que consideraría una declaración de guerra la participación de Seúl en este grupo.
El país asiático se mete en la agenda internacional del presidente Obama
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas trabajaba ayer en un nuevo paquete de sanciones que endurezca las actuales, que son sobre todo de carácter económico. El organismo considera que el ensayo realizado por Corea del Norte es una violación flagrante a la resolución 1.718, aprobada en el año 2006 tras la primera prueba atómica de Pyongyang.
Los analistas creen poco probable que China -uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, junto a Estados Unidos, Rusia, Reino Unido y Francia- respalde sanciones duras de la ONU. Pekín, lo más parecido a un aliado que tiene Corea del Norte, se declaró el lunes "totalmente contrario" a la prueba y pidió a Pyongyang que regrese a las negociaciones para el desmantelamiento de su programa de armamento atómico. China considera Corea del Norte -con quien, además, tiene intercambios comerciales- una zona tampón entre su frontera y Corea del Sur, aliado de Estados Unidos. Y teme que una ruptura interna del país vecino provoque una marea de inmigrantes norcoreanos.
Pyongyang reiteró ayer sus críticas al presidente estadounidense, Barack Obama, y dijo que no es mejor que su predecesor, George W. Bush. "La actual Administración estadounidense está hablando de lo que llama un cambio y un diálogo bilateral, pero, en realidad, está practicando la misma política temeraria que la Administración de Bush para aplastar a Corea del Norte por medio de las armas", publicó el diario del partido Rodong Sinmun. Y lanzó una advertencia: "Cualquier intento de llevar a cabo un ataque preventivo contra Corea del Norte es una invitación al desastre".
Con ese país del Extremo Oriente, el presidente Obama suma otra crisis a su agenda de trabajo ocupada en resolver las guerras de Afganistán e Irak y solucionar sus problemas -también nucleares- con Irán. Obama declaró que el empeño por parte del Gobierno de Kim Jong-il en desarrollar armas nucleares constituye una amenaza a la paz y seguridad mundial y que es hora de que la comunidad internacional tome medidas, aunque no especificó cuáles. El presidente aseguró tanto a Japón como a Corea del Sur que Estados Unidos está comprometido en la defensa de sus naciones.
Rusia, que también habló de amenaza a la seguridad regional, dijo que el ensayo nuclear realizado el lunes pasado fue equivalente a la bomba atómica arrojada sobre la ciudad japonesa de Nagasaki en 1945, al final de la II Guerra Mundial. Pero desde Viena, los expertos del Tratado para la Prohibición Completa de Ensayos Nucleares informaron de que el alcance de la prueba era algo mayor a la del año 2006, con una magnitud de 4,52 en la escala Richter, mientras que la de 2006 fue de 4,1.
Mientras el mundo condena lo que considera provocaciones de Kim Jong-il, la prensa oficial aseguraba que el llamado querido líder estaba disfrutando de las actuaciones de las tropas, con canciones como Nuestro general es el mejor y La canción de las mujeres artilleras de la costa.
Los analistas creen que Kim Jong-il, de 67 años, ha endurecido su postura desde la apoplejía sufrida el pasado agosto para reforzar su posición negociadora ante Estados Unidos y consolidar su poder dentro del país, ante su futura sucesión.
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