Educación no podrá revocar los decretos del euskera hasta el próximo curso
El ex secretario general de CC OO de enseñanza será el jefe de gabinete de Celaá
Apenas fueron cinco minutos. Ese fue el tiempo que duró ayer el traspaso de poderes en la consejería de Educación. Un sobrio acto al que la nueva consejera Isabel Celaá quiso dar ayer solemnidad, recordando a todos los consejeros que le han precedido en la cartera. Celaá se siente depositaria de una relación de políticos que empezó con el primer Gobierno vasco en la República, siguió con Leizaola en el exilio, se restauró en la etapa democrática y ahora prosigue con ella. Tontxu Campos (EA), el consejero saliente, a quien tantas veces se ha enfrentado Celaá en el Parlamento, pero con el que también ha cerrado algunos acuerdos (préstamo de los libros de texto, Plan Universitario), le deseó suerte.
La modificación de decretos requiere de varios meses en la Administración
"En educación, uno no puede hacer lo que quiere en cada momento"
Las buenas palabras son obligadas en este tipo de actos protocolarios. Pero un minuto después el equipo de la consejera ya se puso manos a la obra para revocar algunos de los decretos más polémicos de la etapa de Campos, aquellos que establecen el euskera como lengua vehicular en las etapas de Infantil y Bachiller, y en el currículo de Primaria y Secundaria.
Celaá lo anunció durante la campaña y después su partido el PSE lo suscribió con el PP en el pacto de estabilidad parlamentaria. La medida del anterior departamento suponía la desaparición por la vía de los hechos del actual sistema de modelos (castellano, bilingüe y euskaldún). El nuevo equipo de Educación quiere suprimir esas alusiones al euskera como lengua principal y dejar a este idioma en pie de igualdad con el castellano.
Para ello deberá modificar los decretos, un trámite que requiere de varios meses dentro de la administración, ya que debe pasar por algunos filtros antes de llegar a la mesa del Consejo de Gobierno para su aprobación definitiva. Lo previsible es que esas modificaciones no entren en vigor, al menos, hasta entrado el próximo curso.
Campos aprobó algunos de esos decretos con el Parlamento ya disuelto, a la espera de las elecciones autonómicas, con lo que la oposición no pudo reaccionar. En cuanto al currículo vasco, la intención de la consejería es reformar el decreto, tanto para retirar la referencia al euskera como lengua principal como para suprimir el concepto de Euskal Herria como unidad política, compuesta por los territorios de la comunidad, Navarra y el País Vasco francés. Además, se rebajará la exigencia del conocimiento de euskera fijado por el decreto para el final de Secundaria, lo que se conoce como nivel B2, similar al First Certificate de inglés.
La importancia que el lehendakari Patxi López concede a Educación ha quedado patente con la escenificación del traspaso de poderes, algo que hasta ahora sólo había realizado el Departamento de Interior. Celaá, que se ha rodeado de un equipo con experiencia en la gestión y cercanía a la actividad educativa (catedráticos y profesores de instituto que estaban dando clase hasta hace unas semanas). Su jefe de gabinete será Javier Nogales, el ex secretario general de Comisiones Obreras de Enseñanza, sindicato mayoritario entre los profesores de la red pública. Comisiones Obreras ha sido un sindicato muy crítico con la gestión de Campos, pero también ha sido la única central en cerrar un acuerdo de condiciones laborales para la plantilla. Ese talante negociador, junto con su profundo conocimiento de todo lo que se mueve en el mundo educativo, es uno de los avales de Nogales para tratar de llevar a buen puerto el objetivo que se ha fijado la consejera: lograr un nuevo pacto escolar similar al que en 1993 permitió aprobar la Ley de la Escuela Pública Vasca. Para ello es necesario el consenso político de los grandes partidos, algo que ahora parece complicado con el PNV. EA ya fracasó en su intento de reformar la enseñanza vasca durante la legislatura pasada al no lograr siquiera el aval de sus socios en ese momento en el Gobierno, PNV y Ezker Batua.
La consejera ya apuntó ayer los problemas que se puede encontrar en ese camino. "En política educativa, uno no puede hacer lo que quiere en cada momento, sino que viene a hacer lo que puede, teniendo en cuenta lo que quiere hacer y lo que los demás quieren que haga. La esencia de la política radica en realizar una buena elección entre las opciones".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Consejerías autonómicas
- Tontxu Campos
- Isabel Celaá
- IX Legislatura País Vasco
- Comunidades autónomas
- Gobierno Vasco
- Parlamentos autonómicos
- Gobierno autonómico
- Idiomas
- Política autonómica
- Administración autonómica
- Política educativa
- Centros educativos
- País Vasco
- Parlamento
- Lengua
- España
- Educación
- Política
- Administración pública
- Cultura