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La frustrada ubicación en Barakaldo

Afer intentó inicialmente instalar su fábrica de pisos vasca en Barakaldo. Jabyer Fernández se puso en contacto con el alcalde de la localidad vizcaína, el socialista Tontxu Rodríguez, pero se topó con el enfrentamiento abierto entre el Ayuntamiento y la Diputación. El lugar elegido era Burtzeña, donde el suelo pertenece a las instituciones públicas (el Gobierno vasco, la Diputación y el propio consistorio) y el terreno no presenta dificultades orográficas. Sólo había que descontaminarlo.

"Nunca fue una realidad", recalcó ayer a EL PAÍS el alcalde baracaldés, ya que la mayor parte de ese terreno es propiedad de la institución foral, que defendía construir allí viviendas en logar de levantar un polígono industrial, la idea inicial del Ayuntamiento que finalmente ha salido adelante.

Incluso en la firma de los convenios para la planta en Alonsotegi, en diciembre de 2006, tanto Afer como la Diputación dejaron abierta la posibilidad de instalar una segunda fábrica en Barakaldo y así consta en los acuerdos, en los que figura un compromiso de cesión de los derechos del suelo a Afer.

La elección de Alonsotegi se hizo pese a que la mayor parte del suelo (254.000 metros cuadrados) es privado y se halla en una vaguada, lo que exige rellenos y una buena cimentación. En este hecho puede radicar una de las razones de la Diputación para no impulsar las gestiones de la fábrica, ya que los trabajos de estabilización del terreno tienen un coste bastante superior al previsto. En estos casi dos años y medio, sólo se ha comprado el 63% del suelo y a una decena de propietarios no se ha realizado ninguna oferta, entre ellos al principal, que tiene 80.000 metros cuadrados.

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