Carácter y destino
Durante los primeros años de la República, Cernuda parece salir de su ensimismamiento; el poeta herido por la soledad y el dolor de saberse diferente se siente motivado e incluso comprometido con los primeros entusiasmos y proyectos de la joven República española. Se incorpora a las Misiones Pedagógicas y se encarga de su servicio de bibliotecas. Con un entusiasmo sorprendente, dedicará muchas horas a esta labor heroica y hermosa.
En abril de 1936 llegamos a otro momento culminante de la biografía cernudiana: la publicación de la primera edición de La realidad y el deseo. El libro es saludado por García Lorca con palabras memorables y con críticas muy favorables de Salinas y Juan Ramón Jiménez. Un libro excepcional, una verdadera biografía moral, que debería haber servido para consagrar al eterno solitario como uno de los grandes poetas de su generación. Pero el destino, como siempre, iba por otro lado. Se precipitan los acontecimientos, llega el 18 de julio y la poesía deja de existir en España.
Extracto del prólogo de Julio M. de la Rosa a la antología de Cernuda.
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