_
_
_
_
_

La fiscalía decomisa a los narcos 20 millones en bienes inmobiliarios

Concluyen las dos mayores investigaciones sobre blanqueo en las Rías Baixas

El ladrillo es uno de los sectores en el que los narcotraficantes han invertido la mayor parte de sus ingresos, como acaba de constatar la fiscalía tras cerrar las dos mayores investigaciones que tenía abiertas sobre blanqueo de dinero en las Rías Baixas. Desde la entrada del euro, en 2002, el dinero negro ha aflorado masivamente en este negocio, ahora ahogado por la crisis, lo que ha contribuido a engordar la burbuja inmobiliaria.

En los tres últimos años, sólo en la provincia de Pontevedra, se han contabilizado más de 20 millones de euros que blanquearon dos redes vinculadas al narcotráfico en operaciones urbanísticas, según las investigaciones que se acaban de cerrar tras largas pesquisas de las fiscalías especiales antidroga y de delitos económicos, junto con la Agencia Tributaria.

Pero la búsqueda de estas inversiones de dinero negro no ha hecho más que empezar en los pequeños juzgados de Galicia, diversificada en microprocesos, dada la complejidad de las investigaciones y ante los malos resultados que han tenido algunos macrojuicios, con enormes listas de procesados, que se han instruido desde la Audiencia Nacional.

Las fuentes consultadas estiman que, de las investigaciones abiertas desde 2003, la cifra de dinero blanqueado en bienes inmobiliarios podría superar los 65 millones de euros. Propiedades, la mayoría ya intervenidas judicialmente y que acabarán en manos del Estado, una vez que los tribunales acuerden su decomiso.Bajo embargos preventivos se encuentran propiedades incautadas a organizaciones como las de David Pérez Lago, hijastro de Laureano Oubiña, Ramiro Vázquez Roma o Rafael Bugallo, El Mulo. Después del gran proceso que se abrió en 1996 contra el clan de los Charlines, y que supuso un gran revés cuando el Tribunal Supremo revocó, en 2007, el decomiso de casi 10 millones de euros en propiedades, tras una investigación instruida por un juzgado de Caldas, ha sentado un mal precedente en las operaciones dirigidas desde Galicia. El cabecilla de la red descubierta por la Guardia Civil no tenía la notoriedad de los históricos narcotraficantes pero, tras una paciente investigación, se pudieron intervenir 15 millones de euros que José Antonio Pouso Rivas había invertido desde 2002 a nombre de familiares y testaferros, de los cuales más de 10 millones afloraron en los negocios del ladrillo. Pouso Rivas, un camarero de Ribeira de 49 años, apodado Pelopincho, contaba con varias condenas de la Audiencia Nacional por tráfico de cocaína y hachís. Su frenética afición por adquirir propiedades lo acabó delatando. Tenía más de 20 testaferros y sociedades pantalla.

En este proceso, la fiscalía pide para los 36 acusados 165 años de prisión y más de 150 millones de euros en indemnizaciones al Estado, además del embargo preventivo de 30 locales comerciales, otras tantas fincas, 14 viviendas unifamiliares en construcción y otra veintena de propiedades entre pisos y garajes en Caldas, Valga, Boiro, Padrón, Pontecesures, Vilagarcía y Santiago.

El segundo frente abierto contra el blanqueo en Pontevedra culminó con la detención de otra red que dirigía desde Vigo Juan Carlos González Martín, Culebras. Dos años después de su detención, se ha calculado en más de 10 millones las operaciones inmobiliarias que realizó para lavar ingentes cantidades de dinero desde 2003, aunque el valor de los efectos intervenidos en esta operación duplica esta cantidad. Culebras se estaba preparando para lanzar su propia promotora cuando fue detenido en enero de 2008. Meses antes, había entregado en efectivo 9 millones de euros a una constructora para aterrizar en el sector.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Los investigadores aún se sorprenden del exceso de confianza de los narcos. A Pelopincho le delataron sus alardes con el dinero. Fueron sus propios vecinos los que pusieron a la Guardia Civil sobre su pista. En el momento de su detención llevaba en el bolsillo casi 6.000 euros, nada comparado con los dos zulos que tenía en su casa de Brión. En uno de ellos, al que se accedía con mando a distancia, guardaba 60.000 euros en billetes, joyas y obras de arte. A Culebras le hallaron 5,8 millones en cuentas bancarias, 24.000 euros en la guantera de un Porsche Cayenne, preparado en un garaje por si tenía que salir pitando, y 300.000 euros más en el garaje de su chalé de Nigrán.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_