Los universitarios bajan, pero menos que en el resto de España
La demografía y la tasa de aprobados en selectividad, algunas de las claves
A nadie sorprende que el número de estudiantes universitarios esté disminuyendo en los últimos años. Lo que llama la atención es que la Comunidad Valenciana, según se desprende de un informe del Ministerio de Ciencia e Innovación, sea de las autonomías que menos alumnos pierde en la última década.
De acuerdo con el ministerio, las universidades valencianas han dejado de matricular en la última década un 2,4% de estudiantes, una cifra que se encuentra lejos del 11,8% de la media española y a años luz del País Vasco, donde la matrícula de los universitarios se ha desplomado más de un 32% en este periodo.
De hecho, la valenciana es de las comunidades autónomas mejor paradas en esta clasificación que encabezan con valores positivos, es decir, que han incrementado matrícula en tiempos de recesión de alumnos las dos universidades a distancia: la Universitat Oberta de Catalunya (10%) y la UNED (7%), aunque el perfil de alumnos en éstas es diferente.
La población entre 18 y 24 años ha caído un 10%, frente al 17% en España
El alto número de aprobados en selectivo mantiene el nivel de alumnos
La única región española que sigue esta tónica de incrementar la matriculación es Murcia, con un tímido incremento del 0,9%. A continuación, se encuentran las Islas Baleares y la Comunidad Valenciana. Pero ¿cuáles son las claves de la menor disminución de alumnos?, ¿Por qué la Comunidad Valenciana no sigue la tendencia de Madrid y Cataluña, donde la matrícula ha caído entre el 9 y el 11%, respectivamente?
En opinión de Francisco Pérez, catedrático de la Universitat de València y director de investigación del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), la principal explicación es la distinta evolución demográfica de la Comunidad Valenciana. "En la última década, la población del tramo de edad de 18 a 24 años, es decir, la que normalmente decide realizar estudios universitarios, ha descendido menos. En la Comunidad Valenciana se ha reducido un 10,8% frente al 17,3% de la media española".
En cualquier caso, advierte Pérez, la tasa de matriculación (el número de estudiantes matriculados en relación con la población entre 18 y 24 años) de la Comunidad Valenciana es de las más bajas de España, ya que aquí el curso pasado representaba el 34,02%, frente al 37,02% de media española. Sin embargo, hay un motivo para el optimismo, ya que tanto en el País Valenciano como en el resto de España la tasa de matriculación ha aumentado en la última década, siendo este incremento mayor aquí. El menor porcentaje de universitarios en la población valenciana se debe a dos motivos: "Por un lado, el nivel educativo de las familias, que es más bajo" y a esto se une que "los jóvenes derivan más rápidamente hacia el mercado de trabajo, porque el tejido productivo no emplea capital humano tan intensamente como en Madrid, Barcelona o el País Vasco".
El director del IVIE descarta que la creación de las universidades privadas en Valencia haya podido atenuar el descenso de la matrícula con respecto a otras regiones, porque "las universidades privadas representan una parte muy pequeña del total de estudiantes, alrededor del 8% del total en la Comunidad Valenciana" y porque, como indica el informe del ministerio, el crecimiento del número de las universidades privadas y/o de la Iglesia no es algo endémico sino generalizado (desde 1993 hasta 2008 se han creado en España 22 nuevas universidades privadas, esto es, 1,5 universidades privadas por año).
Por otra parte, el director delegado de Comunicación e Imagen de la Politécnica de Valencia, Antonio Hervás, considera que el análisis de los alumnos que aprobaron la selectividad en la última década podría ser otra de las claves del menor descenso de alumnos en la Comunidad Valenciana. Y es que la evolución de matriculados y aprobados aquí se ha mantenido constante e incluso ha crecido puntualmente frente a lo que ha sucedido en el resto de España. De acuerdo con los datos de un estudio que su universidad presentará próximamente, un total de 19.644 alumnos aprobaron la selectividad en la Comunidad Valenciana en 2007, lo que supone un incremento de más de 1.600 alumnos respecto a 2001 (si bien es cierto que el pico más alto de este periodo se encuentra en 2002 con más de 20.000 aprobados). En cambio, en el resto del Estado la cifra de aprobados en la selectividad decreció de 188.332 en 2002, a 168.955 en 2007. Esta tasa de mayor éxito de la selectividad valenciana encaja con lo defendido por el director del IVIE, que la tasa de matriculación universitaria en la última década haya crecido más aquí que en el resto de España.
Otro habitual investigador de este instituto y catedrático de la Universitat de València, José María Peiró, suscribe estos argumentos y apunta además que el menor descenso de la matriculación universitaria en la Comunidad Valenciana podría también deberse a que durante esta década se ha completado el mapa valenciano de la educación superior con el nacimiento de nuevas universidades, la creación de extensiones universitarias (la Universitat de València, en Ontinyent; la Politécnica, en Alcoi...) y la diversificación de la oferta académica.
El caso que más repercute numéricamente en la evolución del sistema universitario valenciano es la creación de la Universidad Miguel Hernández. Impulsada en 1997 por el entonces presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, a partir de la segregación de varias titulaciones de la Universidad de Alicante, la matrícula ha incrementado desde su puesta en marcha. Según datos de la Consejería de Universidades, el curso pasado contaba con 11.145 alumnos frente a los 5.300 de 1998. Su crecimiento se explica, en gran parte, por la progresiva incorporación y diversificación de carreras. Un fenómeno que, aunque a diferente ritmo, se ha extrapolado a todo el sistema universitario valenciano. Así, de acuerdo con las mismas fuentes, de las 192 carreras existentes en la Comunidad Valenciana en 1998, se pasaron a 272 en 2007, y aunque hay quien desconfía de este criterio como estrategia de crecimiento, ampliar la oferta académica es fundamental para retener a unos jóvenes que cada vez se decantan más por una más sugerente y variada formación profesional.
Para acabar, Alfredo Alfageme, profesor de Sociología de la Universitat Jaume I, añade a estas explicaciones más de peso, otro argumento complementario: las facilidades de acceso a las universidades valencianas frente a las grandes ciudades. "Además de que la gente quiera estudiar y las campañas por atraer alumnos que emprenden todas las universidades, quizá pueda influir la cercanía de los propios centros. A mí ir a estudiar a una universidad madrileña me costaba diariamente hora y media, nada que ver con el paseo que me supone desplazarme hasta la Jaume I".
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