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Reportaje:

Nobles y cámaras, cien años de idilio

Una muestra virtual retrata la devoción de reyes y aristócratas por la fotografía

Tereixa Constenla

El idilio entre realeza y fotografía no comenzó con Carolina de Mónaco ni Diana de Gales. Príncipes herederos, reinas y aristócratas se rindieron a los prodigios de aquella nueva técnica inventada en el XIX gracias a una sucesión de descubrimientos encadenados por Niépce, Talbot y Daguerre en una década escasa. La española Isabel II no tuvo dudas: captó para su equipo al galés Charles Clifford, el primer fotógrafo que abrió estudio en Madrid en 1850, el prototipo de emprendedor que incorporaba cada novedad técnica en cuanto asomaba el tipo por cualquier rincón de Europa.

El daguerrotipista acompañó a la reina en varios viajes oficiales por el país: tomaba placas de las ciudades que visitaba para dejar testimonio del fervor popular hacia la monarca en una época en la que los fervores se dirimían por las bravas entre carlistas y liberales. Algunas de las litografías inspiradas en aquellos daguerrotipos pueden verse en la exposición virtual Atrapados en blanco y negro, que sintetiza un siglo de la historia de la fotografía española (1845-1945) y que puede visitarse en el portal del Ministerio de Cultura (www.mcu.es/archivos).

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La colección de imágenes evidencia que el idilio entre aristocracia, realeza y fotografía no nació, desde luego, con el Hola! "En el XIX, la nobleza está inmersa en las nuevas tecnologías, fueron los pioneros en su uso porque eran los que podían asumirlas económicamente", aclara Arantxa Lafuente, directora de la Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional, donde se custodian unas 10.000 imágenes aportadas por distintas casas nobiliarias. 10.000 grandes desconocidas. "Aunque sus propietarios no siempre son conscientes de su valor e interés, los archivos de la nobleza custodian valiosas fotografías", sostiene.

Propaganda carlista

De este material se han seleccionado las imágenes de la exposición virtual. En ella se puede rastrear la evolución del retrato o casi el nacimiento del fotoperiodismo, tras la guerra de Crimea (1853-56), a la que ya acudieron reporteros gráficos. Como la novedad se puso de moda, las estampas bélicas se erigieron en una de las grandes atracciones visuales, que se mostraban de feria en feria.

En España, las primeras luchas retratadas fueron las carlistas, la guerra de Cuba y las campañas de Marruecos. Y tras el encuentro entre fotografía y guerra se estilizó la propaganda política, que tampoco fue un invento de los regímenes totalitarios del siglo XX. No hay nada más que echar un vistazo al retrato de Carlos María de Borbón Austria-Este, el pretendiente carlista al trono, que posa con el aire imperial con el que Tiziano pintó a Carlos V, para captar el tono propagandístico de una imagen que pretendía popularizar al aspirante carlista y "burlar la férrea censura de prensa" de los liberales isabelinos.

En la exposición hay retratos, escenas de vida cotidiana, reportajes de misiones diplomáticas en antiguas colonias españolas como Filipinas e imágenes que no hacían presagiar el turismo de masas, como la de una solitaria marquesa de Torrelaguna, retratada en Egipto a lomos de un camello junto a la Gran Pirámide de Giza y la Esfinge. También hay estampas que evidencian el afán innovador y aventurero de algunos aristócratas españoles, como la del marqués de Pezuela y su hijo Javier a bordo de un globo aerostático en París en 1890. Por fortuna para ellos, unos días antes del accidente que sufrió la aeronave.

Atrapados en blanco y negro permite seguir la evolución de la técnica fotográfica, desde sus balbuceos (calotipo, daguerrotipo, cianotipia,...) hasta la aparición de las diapositivas en color Kodachrome y Agfacolor, poco antes de la Guerra Civil española. Y, algo casi más importante, la democratización de la fotografía con los avances técnicos, que posibilitaron que cualquiera pudiese ponerse tras el objetivo. De ahí que junto a obras de precursores como Charles Clifford, el conde de Lipa, Jean Laurent, Fernando Debás o Kaulak, figuran otras de autores desconocidos.

<i>Rosalieta y Emiliano jugando al billar</i>, tarjeta postal de 1903 de la colección Cánovas.
Rosalieta y Emiliano jugando al billar, tarjeta postal de 1903 de la colección Cánovas.SECCIÓN NOBLEZA DEL ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL (SNAHN)
Retrato de Carlos María de Borbón Austria-Este, con un dogo.
Retrato de Carlos María de Borbón Austria-Este, con un dogo.SNAHN

Un millar de títulos en un archivo estatal

- La Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional es un archivo estatal armado sobre colecciones particulares, independizado en 1993.

- Conserva documentación de 980 títulos nobiliarios y familias hidalgas.

- Los documentos más antiguos son de 945. Los más recientes, de 2007.

- Los fondos pueden ser cedidos, comprados o entregados en depósito.

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

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