Distracción
Ya estamos como siempre, especulando en torno la voluntad que pueda tener Arenas para cerrar un pacto con la Junta. Con habilidad, y en un ataque súbito de sensatez, deja entrever que le conviene pero, en todo caso, será después de la manifestación de Málaga. Cuando el Estatuto, se recuerda, ocurrió algo parecido. Se dudó entonces de sus intenciones pero ahí estaba al final, apoyando una reforma que ni ellos mismos se creían. ¿Qué nos hace pensar que esta vez es, igualmente, posible? Resulta difícil imaginar que, por ejemplo, la otra parte aceptara una reforma del mercado de trabajo introduciendo una mayor flexibilidad. Es complicado pensar que, suscrito el acuerdo, iban a cesar en sus ataques, sobre todo, si se tiene en cuenta que el hostigamiento, hasta ahora, les ha dado buenos réditos. Y si sigue subiendo el paro, como así parece, ¿quién asumirá la responsabilidad? Y, además, está por ver el margen de maniobra con que cuentan para poder suscribir unos pactos que en el resto del Estado rechazan, tal y como lo ha puesto de manifiesto el mismo Rajoy. A todo esto, tampoco conviene olvidar a IU cuyas propuestas anticrisis son totalmente incompatibles con los de la derecha.
Por tanto, metámosnos de lleno, esta semana, en sesudos análisis para discernir sobre esas ansias de pacto. Así las cosas, la atención sobre lo que pueda ocurrir, vendrá muy bien al PP que, de esta forma, distraerá las miradas sobre la basura que se encuentra aquí.
El que se considera principal cabecilla de la red corrupta que investiga Garzón, Francisco Correa, y sus colaboradores, hicieron pingües negocios con ayuntamientos y con el mismo PP andaluz. A ver si ahora la extraña facturación de medio millón de euros para la campaña de Teofila Martínez en 2004 va a tener que ser explicada por la Cámara de Cuentas de Andalucía, como si la cosa no fuera con ellos.
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