La UE convoca una cumbre para impulsar el saneamiento de la banca
Sarkozy encabeza el intento de normalizar el crédito para aliviar la crisis
Nicolas Sarkozy ha vuelto a salirse con la suya. La propuesta del presidente francés de convocar una reunión extraordinaria de Jefes de Estado de los 16 países del euro (Eurogrupo), que había despertado serias reticencias en Berlín y Bruselas, se ha convertido en una cumbre más amplia con la participación de los Veintisiete de la UE. El objetivo es asegurar que los bancos vuelvan a dar créditos, lo que implica facilitar previamente su saneamiento. Es decir, resolver el problema de los activos tóxicos que dañan los balances y mantienen a los bancos paralizados.
La cumbre extraordinaria se celebrará en Bruselas muy probablemente el próximo 26 o 27 de febrero, según fuentes comunitarias. Sarkozy y la canciller alemana, Ángela Merkel, enviaron ayer una carta a Mirek Topolánek, primer ministro de la República Checa que ostenta la presidencia de turno de la UE y a José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea para respaldar la cumbre.
La gran cuestión de fondo es fijar el precio de los activos bancarios 'tóxicos'
La Comisión elabora reglas para definir los llamados 'bancos malos'
Sarkozy y Merkel proponen que se tomen medidas para asegurar que el crédito vuelva a fluir de los bancos a empresas y particulares, para atajar la crisis económica. Y, a la vista de deterioro que está produciendo la crisis en las finanzas públicas, se reforzará el compromiso de que, una vez superada la crisis, habrá que volver a controlar el déficit y lograr el equilibrio presupuestario a medio plazo para no hipotecar a futuras generaciones.
La misiva de Sarkozy y Merkel es un mensaje explícito a los ministros de Economía de la UE, que hoy se reúnen en el Consejo Ecofín, para analizar las directrices de la Comisión sobre el tratamiento de los activos tóxicos. Ambos mandatarios sugieren que, aunque habrá que adoptar soluciones distintas para cada Estado miembro e incluso para cada banco, es necesario adoptar unos principios comunes que deben seguir todos los Estados para evitar distorsiones y efectos negativos sobre la competencia.
Precisamente, Topolánek puso ayer el acento en que las medidas adoptadas por los distintos Estados deben respetar "las reglas del mercado interior". El dirigente checo se ha erigido en el principal combatiente del proteccionismo. "El objetivo de la cumbre de los Jefes de Estado y de Gobierno" dijo el primer ministro checo en un comunicado, "será evaluar la eficiencia de las medidas tomadas hasta ahora dentro del plan de recuperación para amortiguar el impacto de la crisis, y sobre todo, acordar un enfoque coordinado para todas las medidas adoptadas posteriormente por los Estados miembros de manera individual".
La cuestión de fondo de este enfoque coordinado es la fijación del precio de los activos tóxicos. Se trata de respetar los intereses de los contribuyentes, que son los que pagan, y lograr a la vez que el precio sea adecuado para los bancos, de manera que les permita sanear sus balances y volver a conceder créditos con normalidad. Las entidades quieren que les compren los activos al precio de antes de la crisis, mientras que Bruselas se inclina más por el precio actual.
La Comisión, en estrecha colaboración con el Banco Central Europeo, (BCE) contempla tres posibles situaciones. En primer lugar, los activos dañados en más de un 70%, que serían adquiridos por el banco malo; en segundo lugar los activos cuya parte dañada oscilaría entre el 30% y el 70%, que podrían recibir garantías o avales públicos y, finalmente, los perjudicados en menos del 30%, que permanecerían en los mismos bancos, pero separados del balance, de manera que se tendrían en cuenta para el cálculo de determinados coeficientes y ratios de solvencia. El banco malo podría ser uno por país o uno por cada entidad o entidades en situación similar.
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