"La Mafia es un problema de Europa"

"Si un hombre no está dispuesto a arriesgar nada por sus ideas, o sus ideas no valen nada o el que no vale nada es él". En boca de Roberto Saviano (Nápoles, 1979), la frase puede sonar más a autojustificación que a grito de guerra. Pero el periodista y escritor italiano, amenazado de muerte por la Camorra desde que en mayo de 2006 publicó Gomorra -su primer libro y documentado relato sobre los entresijos de los negocios delictivos de la principal organización mafiosa de la región de Campania y la ciudad de Nápoles-, ante la luz de los focos y las cámaras se crece en sus denuncias contra la Mafia, que "no es sólo un problema de Italia, es también un problema que atañe a España y a toda Europa", aseguró ayer en Barcelona, en el marco del encuentro literario BCNegra, donde por la mañana protagonizó una concurrida conferencia de prensa presidida por el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, y por la tarde participó, en el Saló de Cent del Ayuntamiento, en una mesa redonda con la Mafia como tema central. Mañana recibirá el quinto Premio Internacional de Periodismo Vázquez Montalbán.

Alertó Saviano del enorme peligro, en una época de crisis como la actual, de que "los enormes capitales que maneja en sus negocios de narcotráfico la Mafia entren en el mundo de la banca". "Si no se ve el capital criminal como un problema, cuando nos demos cuenta ya será tarde y puede hipotecar nuestro futuro", añadió.

Los negocios de la Mafia traspasan fronteras y España ha sido durante muchos años una suerte de "patio particular" del crimen organizado italiano, aunque no el único. "Para nosotros, los italianos del sur, siempre ha sido fácil imaginar España como un territorio para la criminalidad, como un lugar seguro para la Mafia", explicaba ayer Saviano.

Luz y taquígrafos hacen que se sienta seguro. "No hay más defensa que la atención pública", afirmó, tras lo cual reconoció que no hay nada que compense haber perdido la libertad; la libertad de ser un ciudadano normal. Allí donde va se extreman las medidas de seguridad y los controles, exhaustivos ayer en el Ayuntamiento de Barcelona y durante toda su estancia en la capital catalana, donde cada día dormirá en un hotel diferente para no ser localizado.