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El BBVA gana 5.020 millones en 2008, un 18% menos que hace un año

El beneficio hubiera sido igual al de 2007 descontando los resultados extraordinarios - La morosidad se multiplica por 2,5 y el dividendo se reduce

Íñigo de Barrón

Francisco González, presidente del BBVA, se siente fuerte en mitad de una crisis mundial que calificó de "larga y dura". En la presentación de resultados de 2008 advirtió de que muchas entidades se van a hundir en la tormenta, pero al BBVA "que es como una hormiga que guarda para los malos tiempos", le va a ir bien "porque está pertrechado".

El BBVA obtuvo un beneficio neto atribuido de 5.020 millones en 2008, un 18,1% menos que un año antes, aunque su beneficio recurrente (sin tener en cuenta los extraordinarios) mejoró el 0,2%. El mercado premió los resultados con una subida de la cotización del 7,9%, aunque en el año todavía arrastra una caída del 11%. El BBVA será, según estimaciones del primer ejecutivo, el segundo banco de la zona euro por beneficios y uno de los cinco primeros del mundo.

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La entidad ha contado con unas plusvalías de 509 millones por la venta de su participación en el brasileño Bradesco, pero ha elevado un 56% las provisiones, ha hecho dotaciones de 602 millones para prejubilaciones y 302 millones para cubrir la inversión en la estafa de Madoff. El presidente de la entidad reconoció que la principal lección de este fraude es que "fue un error prestar dinero a gente que no tenía garantías para devolverlo y tomamos nota".

González enumeró las virtudes de su gestión: la prudencia en la toma de riesgos (aunque la morosidad se ha multiplicado por 2,5 veces); la fortaleza de capital (gracias a la reducción del dividendo) y la agilidad que tiene porque el tamaño de su balance no es grande. Con estos soportes, el presidente del segundo banco español está convencido de que "va a emerger en la segunda fase de la crisis, que es la de la economía, que nos afecta a todos".

Aunque no llegó a nombrarlo, González parecía que contraponía su posición con la del Santander, sus ventajas frente a los inconvenientes del rival, que presentó sus resultados de manera inesperada casi a la misma hora que el BBVA.

Pero la entidad tuvo que admitir la dureza del ejercicio cerrado. José Ignacio Goirigolzarri, consejero delegado, reconoció que "2008 ha sido más difícil de lo que esperábamos. No obstante, estamos preparados para 2009 gracias a la capacidad de generar ingresos recurrentes", añadió.

La caída de la actividad económica se ha reflejado en la morosidad del BBVA, que ha pasado de tener 3.358 millones de dudosos en diciembre de 2007 a 8.437 millones al cierre de 2008. No obstante, el ratio total de morosidad es del 2,12%, por debajo de la media del sector en España, que está casi en el 3% y muy por debajo de las entidades europeas. En Estados Unidos, donde la entidad cuenta con el Compass, los morosos ascienden al 3,36%; en México son del 3,21% y en España, el 2,6%.

En cuanto a los créditos, que subieron un 1% en España, González comentó que "la demanda ha caído un 21%, pero concedemos préstamos en el 71% de las peticiones. Hace un año, este ratio era del 77%. Estamos encantados de dar créditos a los que nos lo pueden devolver. Si no, formaríamos una burbuja que acabaría con la quiebra de los bancos", sentenció.

El grupo está adecuando la plantilla "a la actividad en los distintos mercados", según Goirigolzarri, lo que se ha traducido en una reducción de unos 3.000 empleados, la mayor parte en España. "La capacidad de reducir costes es muy grande y estamos intentando ponernos en escenarios muy tensos para no tener sorpresas", añadió.

Pero sin duda una de las novedades fue la reducción y la entrega del dividendo complementario en acciones procedentes de la autocartera. El banco entregará 60,5 millones de acciones entre los poco más de 900.000 accionistas. Esta fórmula, que es criticada por algunos accionistas que consideran que los títulos comprados ya les pertenecen, evitará que el grupo acuda a las ampliaciones de capital. Para 2009, si el BBVA ganara lo mismo que en 2008, el dividendo caería un 19%. La entidad reducirá la parte de los beneficios que distribuye en efectivo en dividendos (pay-out), desde el 37% al 30%. "Es lo mejor para los accionistas porque así reforzamos el capital en un momento de crisis", explicó Goirigolzarri.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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